«Seguir un modelo de alimentación mediterránea puede ser tan bueno como tomar pastillas»

Tras la experiencia exitosa de 'Salud es más', el ciclo de entrevistas con diversos profesionales médicos, SUR quiere llevar esta temática a la presencialidad. Para ello, contó hace unas semanas con el doctor José Antonio López Trigo; una cita a la que le seguirá la de este viernes con la presencia de López Miranda, jefe de servicio y director UGC Medicina Interna del Hospital Universitario Reina Sofía y catedrático de Medicina Interna de la Universidad de Córdoba.

Antes de profundizar sobre los beneficios de la dieta mediterránea, López Miranda realizará un pequeño recorrido histórico desde sus orígenes y siempre vinculada a la cultura del olivo y del aceite de oliva. El experto en medicina interna recuerda que esta dieta tiene tres patas muy concretas. La primera de ellas es el aceite de oliva. «Es el fundamental. No existe dieta mediterránea sin el eje fundamental del consumo graso de calorías basado en el aceite de oliva», recuerda. El otro eje principal son los productos derivados de la tierra, pero sobre todo los cereales. «Y su alimento más representativo que tomamos aquí en España es el pan», señala. «Cada país adapta los alimentos en virtud del clima que tiene y de sus peculiaridades. Por ejemplo en el norte de África consumen cuscús, mientras que en Italia el preferido es la pasta», matiza. Por último, el tercer pilar de la dieta mediterránea es el vino y los productos derivados de la vid; lo que supone un conjunto de características que parten «incluso desde el Neolítico».

López Miranda recuerda que fue un americano, Ancel Keys, quien acuñó el término de dieta mediterránea para referirse al estilo de alimentación que tenían los habitantes de los países de la ribera del Mediterráneo. Keys fue un epidemiólogo americano nutricionista de la escuela de Minnesota, que cuando trabajaba como médico en la Segunda Guerra Mundial vio una paradoja; que a pesar de que las costumbres culinarias eran totalmente distintas, había una población de mucha gente mayor y muy sana. «Y entonces se planteó la hipótesis de que en esa zona había algo que hacía que la gente envejeciera sana y de forma saludable. Hizo el estudio en los siete países y de ahí arranca la terminología», cuenta el doctor.

Más allá del recorrido histórico, el doctor explicará qué es de verdad la dieta mediterránea y cómo no equivocarse en términos prácticos. «Y luego me voy a centrar, que será la mayor parte de mi conferencia, en mostrar las propiedades beneficiosas para la salud que tiene la dieta mediterránea, fundamentalmente en las enfermedades cardiovasculares, en la enfermedad metabólica, en el cáncer y en ciertas enfermedades de la piel», añade.

Tras varios años trabajando en la materia, recientemente la prestigiosa revista Lancet ha publicado un estudio escrito por el protagonista de esta conferencia. »Es el único estudio que hay sobre prevención de enfermedad cardiovascular en pacientes que ya tienen una manifestación clínica y que cuando siguen un modelo de alimentación mediterránea la situación mejora considerablemente», explica; en contraposición con el modelo más usado en Estados Unidos basado en la dieta rica en hidratos de carbono y pobre en grasa. «La dieta mediterránea es mucho más beneficiosa», sostiene.

José López Miranda, que será presentado en la conferencia por el doctor Emilio Alba -jefe de servicio de Oncología de los hospitales Regional y Clínico y catedrático de la UMA-, tiene clara cuál es la principal conclusión, no solo del estudio, sino de su experiencia como facultativo. «Seguir un modelo de alimentación mediterránea puede ser tan beneficioso o más que tomar pastillas para prevenir la recurrencia de eventos cardiovasculares».