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El fin de una era espacial
astronomía

El fin de una era espacial

El transbordador Discovery se jubila tras 26 años de misiones para la NASA

ANDER AZPIROZ

Domingo, 13 de marzo 2011, 15:18

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Tras recorrer millones de kilómetros por el espacio exterior, su último destino será el de servir como pieza de museo. El pasado miércoles el transbordador Discovery aterrizaba en Cabo Cañaveral (Florida) después de cumplir con éxito su última misión. Detrás quedan 26 años de servicio desde que fuese puesto en órbita por primera vez en 1984. A lo largo de este tiempo, ha recorrido 241 millones de kilómetros repartidos en 39 misiones, en las que ha logrado con éxito lanzar satélites al espacio, desplegar el telescopio Hubble o instalar módulos de la Estación Espacial Internacional. Entre sus otros hitos se encuentran el ser la primera nave en haber sido pilotada por una mujer o el haber transportado al astronauta español Pedro Duque.

El Discovery ha formado parte de una flota de seis transbordadores. En 1972, Nixon decidía poner en marcha un nuevo plan para sustituir el ya anticuado programa Apolo. El objetivo: construir una nave que además de poder transportar una considerable carga fuese reutilizable -cada Apolo estaba diseñado para efectuar una única misión-. El primero en ver la luz y el único que nunca llegaría al espacio sería el Constitution, en 1977. Curiosamente, este prototipo pronto cambiaría de nombre tras recibirse en la Casa Blanca cientos de miles de cartas de fanáticos de la serie 'Star Trek' pidiendo que fuese rebautizado como Enterprise, en honor a la mítica nave del capitán Kirk. El primer transbordador en salir de la atmósfera terrestre sería el Columbia en 1981. Un año después se terminaba la construcción del Challenger y en 1983 entraba en servicio el Discovery. La flota la completaría, según los planes iniciales, el Atlantis. Pero la explosión a los 73 segundos de despegar del Challenger en 1986 y la muerte de sus seis tripulantes llevaría a la NASA a construir un sustituto, el Endeavour.

La desgracia del Challenger se reviviría el 1 de febrero de 2003 con la tragedia del Columbia. Un accidente que supondría a la postre el principio del fin de los transbordadores. Los tres aparatos supervivientes -Discovery, Atlantis y Endeavour- permanecerían dos años varados en tierra mientras los expertos de la NASA realizaban las pruebas pertinentes para que un suceso como el del Columbia no volviera a repetirse.

Retiro decidido

Las naves regresarían al espacio en 2005 con el objetivo de culminar la construcción de la Estación Espacial Internacional, aunque su retiro ya estaba decidido, solo faltaba fijar la fecha. El Discovery no volverá a volar mientras que el Endeavour iniciará su última misión el 19 de abril y el Atlantis lo hará el 28 de junio.

Con el fin de sustituir a los transbordadores, George W. Bush puso en marcha el proyecto Constelación, en el que se sustituía el diseño de las aeronaves y se recuperaba el de las cápsulas espaciales. La Orión, como debía llamarse, no aguantó los embates de la crisis y ni siquiera ha llegado a ver la luz. Más preocupado por los problemas terrenales que por el espacio, el presidente Obama ha paralizado el proyecto y destinado sus fondos a paliar el déficit del país. Así, una vez el Atlantis aterrice tras su última misión, la NASA contará como únicos vehículos con las naves rusas Soyuz. Pero estas no serán las únicas en surcar las estrellas. Sin problemas económicos que la ahoguen, China se ha lanzado a la conquista del espacio e incluso prepara ya su primer envío de una sonda a Marte. Su programa espacial tiene como piedra angular la nave Shenzhou. De diseño similar a la Soyuz, esta nave puso en 2003 en órbita al primer astronauta chino. A partir de junio y sin transbordadores norteamericanos en activo, el monopolio de los viajes tripulados pasará a ser cosa de chinos y rusos.

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