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Alcaraz y sus alrededores.
Al rico gazpacho manchego

Al rico gazpacho manchego

El sur de Albacete rompe con todos los tópicos de las llanuras de Castilla-La Mancha, salvo con uno: su contundente gastronomía

PPLL

Martes, 9 de septiembre 2014, 14:09

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Aquí no hay rastro de molinos de viento ni de valerosos hidalgos a caballo. El sur de Albacete rompe con todos los tópicos de las llanuras de Castilla-La Mancha, salvo con uno: su contundente gastronomía. El tradicional gazpacho manchego une esta región al resto de la comunidad con sabores de antaño, carne de caza y pasado pastoril. El nacimiento del río Mundo, sin embargo, vuelve a alejarla a otros parajes con personalidad propia y paisajes desconocidos.

La ruta

Esta ruta recorre el extremo más meridional de la provincia de Albacete, donde las sierras de Alcaraz y Segura rompen con el tópico manchego de llanuras infinitas, molinos y gigantes. La región es también cuna del Gazpacho Manchego. Contundente y caldoso, la receta original se elabora con carne de una pieza de caza (conejo de monte o liebre), ajo, pimientos, tomate y una torta troceada de pan cenceño o ácimo (sin levadura). El Gazpacho Manchego es un plato completo, de origen pastoril, que extiende su radio de influencia por las comarcas más orientales de Castilla-La Mancha y de sus vecinas, Valencia y Alicante. Su sabor ya aparecía en El Quijote y es una comida de raíces populares que ha sobrevivido, con ligeras variantes y denominaciones, en un amplio territorio del sureste peninsular.

Alcaraz es el punto de inicio de nuestro itinerario. La villa, que perdió relevancia estratégica a medida que la Reconquista avanzó hacia Granada, alcanzó su máximo esplendor en el siglo XVI y saltó a la fama por la elaboración artesanal de alfombras de lana. Para recorrer la localidad al completo debemos partir de su monumental Plaza Mayor, que está coronada por las torres de la Trinidad y del Tardón, conocidas como las 'torres gemelas', en uno de sus vértices. La plaza se encuentra delimitada por tres lonjas: a los pies de la torre del Tardón está la del Corregidor, con cinco arcos; las otras dos son las de la Regatería y el Ahorí. Esta última da acceso a la Calle Mayor, repleta de casonas de influencia renacentista. Si hemos alargado la visita un poco más de lo previsto, podemos aprovechar la oportunidad y parar a comer en alguno de los restaurantes que encontraremos por toda la localidad y que ofrecen los platos más significativos de la gastronomía manchega.

Dejamos Alcaraz para adentrarnos en la serranía hasta llegar a Riópar Viejo, por donde discurre uno de los caminos jacobeos. Desde las ruinas de su alcazaba almohade, convertidas hoy en cementerio, las panorámicas son fantásticas y el silencio cobra un sentido especial. También podemos visitar la iglesia del Espíritu Santo, del siglo XV, y las Reales Fábricas de San Juan, fundadas por el rey Carlos III en el siglo XVIII, donde se exponen auténticas joyas de bronce y maquinaria industrial de la época. A las afueras de Riópar parte una pista que nos conduce directamente al Parque Natural de los Calares del río Mundo y de la Sima. Este río tiene un nacimiento espectacular en Los Chorros, donde se abre camino entre paredes de piedra caliza y forma un tramo de gargantas asombrosas que se conocen como las Hoces del Mundo. El paseo por estos parajes es sorprendente y e inolvidable.

Desde Riópar enlazamos varias carreteras para llegar hasta la ciudad monumental de Yeste. En el siglo XIII, los caballeros de la Orden de Santiago construyeron, sobre una atalaya musulmana del siglo XI, una de las fortalezas más inaccesibles de la frontera entre los reinos nazaríes y cristianos. Hoy alberga las instalaciones de un Centro de Interpretación Medieval y un Museo Etnológico. Desde allí podemos pasear por el barrio de La Villa, de casas encaladas, y seguir hasta la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, con un magnífico retablo barroco del siglo XVII. No debemos perdernos tampoco el convento franciscano, cuyo claustro del siglo XVIII con recias arcadas y balaustradas de madera es un auténtico remanso de paz.

Fuente: Guía Repsol

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