Quince visitas ineludibles que tienes que hacer si vas a Casares

Tiene enclaves naturales de gran valor ecológico, un casco histórico espectacular e incluso playas. Casares es uno de los pueblos más completos de la provincia de Málaga, ya que su territorio es amplio y abarca desde el Valle del Genal hasta el Mediterráneo.

Gracias a esa diversidad de paisajes, hay muchas visitas interesantes que hacer tanto dentro del casco urbano como en su entorno serrano o su franja costera. Éstas son algunas de las más importantes.

Pasear por el pueblo de Casares, a pesar de sus empinadas calles, es ya todo un deleite. No en vano, Casares está declarado desde 1978 como Conjunto Histórico Artístico. Coronando toda la amalgama de casas blancas, se encuentra el castillo árabe de la villa, que conserva muy bien algunas de sus estructuras y tiene inmejorables vistas al Campo de Gibraltar. En las calles más cercanas al castillo, se pueden ver los típicos rincones con coloridas macetas de los pueblos de origen andalusí.

Dónde está

En la parte más elevada del pueblo de Casares se encuentran los restos de una fortaleza que tuvo un gran valor estratégico en su día. En este enclave merece la pena disfrutar de las excelentes vistas que se tienen tanto de la Serranía como del Campo de Gibraltar. De esta forma, es fácil de comprender la importancia que tuvo esta villa a lo largo de siglos, ya que se podía controlar al mismo tiempo el Estrecho y las montañas del interior.

Dónde está

Dentro del castillo se encuentra la primitiva iglesia de la Encarnación, del siglo XIV, en la que aún se vislumbran rasgos mudéjares. Fue restaurada hace años para convertirse en el centro cultural Blas Infante, donde se organizan exposiciones y se celebran obras de teatro, conciertos o conferencias, entre otras actividades. Además, hay una muestra de etnografía y arqueología del propio pueblo.

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En el centro del pueblo, en la plaza de España, se encuentra esta capilla del siglo XVII. En su interior se encuentra la imagen de Nuestra Señora del Rosario del Campo, que es la patrona de Casares. Durante el mes de mayo es tradición que se traslade hasta otra ermita, que se encuentra en el lugar donde se unen los ríos Genal y Guadiaro. Una vez allí, saldrá en romería.

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También en la plaza principal se encuentra otro símbolo de Casares, que en este caso fue levantado en el año 1785. Por esa razón, se la conoce como la fuente de Carlos III, ya que fue construida bajo el mandato de ese rey. Por sus cuatro caños mana agua fresca de la sierra durante todo el año. No es de gran tamaño, pero sí uno de los emblemas del casco antiguo.

Dónde está

En esta localidad malagueña nació en el siglo XIX el padre de la patria andaluza. En la calle Carrera, una de las principales arterias de la villa, se puede visitar la que fue la vivienda en la que nació en el año 1885. El inmueble, que actualmente está cerrado por ampliación, ya fue remodelado en 2013 para ofrecer una visión más didáctica de este personaje histórico. Además de poder ver documentos de gran valor histórico, como una copia del certificado del nacimiento de Blas Infante o la edición facsímil de la Constitución de Antequera de 1883, en el interior de este centro cultural también se pueden ver obras de gran valor, como las pinturas de Vázquez de Sola, Ocaña o Rafael Alberti, entre otros.

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Alejada del centro histórico, en la zona conocida como el Llano de la Fuente, junto a uno de los miradores del pueblo, se encuentra la actual iglesia de la Encarnación, que vino a sustituir a la anterior parroquia del castillo. El edificio, que es de origen conventual, tiene entre los elementos más destacados su torre campanario, que es de estilo mudéjar y está datada en el siglo XVI. Los casareños la denominan con el sobrenombre de la 'iglesia del Llano'.

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También hay una buena ración de adrenalina en este pueblo malagueño. En los últimos años, los que visitan esta localidad pueden atreverse a volar sobre el casco urbano gracias a una vertiginosa tirolina. Tiene unos 300 metros de longitud y una altura de unos 80 metros. Esa distancia, a vista de pájaro, se recorre en un intenso medio minuto. Este atractivo turístico, instalado desde finales de 2017, no tiene límite de edad, pero sí de persona (hay que estar entre los 40 y los 110 kilos). El precio es de 12 euros por persona, aunque hay algunos descuentos, como el que se ofrece a los empadronados, que sólo pagarían la mitad. Las reservas y compras de tickets deben hacerse en la Casa Natal de Blas Infante (abierta de lunes a viernes de 10:30 a 14:30 y de 16:30 a 18:00 horas; fines de semana y festivo, de 10:00h a 14:30 horas). Los no empadronados pueden adquirir directamente su entrada en la misma atracción.

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Gracias a su orografía, Casares cuenta con varios miradores espectaculares. Entre ellos, está el ornitológico, que permite tener una bonita perspectiva de la relación del pueblo y la sierra con una importante colonia de buitres leonados. Este balcón, que también tiene una interesante panorámica del casco urbano, se encuentra junto al centro de recepción de visitantes de Casares, justo al lado de la carretera que une al casco urbano con el paraje natural de Sierra Crestellina.

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La familia Ocaña lleva años apostando por la calidad y la sostenibilidad con la elaboración de quesos artesanales y desde hace algo más de un año ecológicos. Éstos se hacen con la leche de la raza caprina payoya, una de las más rústicas que hay en la ganadería andaluza. El establecimiento cuenta con una tienda donde se pueden comprar quesos (frescos, semicurados y curados) y otros productos lácteos (como el yogur). A ello hay que añadir conservas, vinos, aceites de oliva virgen extra o mermeladas del entorno. Es posible hacer una visita guiada o incluso un taller de elaboración artesanal de quesos, siempre y cuando se reserve con antelación.

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El casco urbano está situado en las estribaciones de la majestuosa sierra de Crestellina, declarada como paraje natural por su singular geología y su valor faunístico, como lo demuestra la amplia colonia de buitres leonados que a menudo se dejan ver por la zona. En esta zona se pueden realizar varias rutas senderistas, como la que une el puerto de las Viñas con el refugio de Sierra Crestellina. La localidad también cuenta con parte de otros espacios protegidos, como una porción del paraje natural de los Reales de Sierra Bermeja o el Monte del Duque, un bosque de encinas, quejigos y alcornoques que es lugar de interés comunitario por su valiosa arboleda.

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La sierra de la Utrera, situada al sudoeste de Casares, muy cerca del pueblo de Manilva, es un conjunto kárstico, que recuerda al Torcal de Antequera. Al igual que en Sierra Crestellina, las rocas son de origen calizo, aunque en este caso provienen del Jurásico. Así, la erosión del viento y la lluvia ha moldeado curiosas formas en esta zona pétrea, también conocida como El Castillón. Este karst, que cuenta con 500 hectáreas de superficie, es el más meridional de toda Europa. Dentro de esta cordillera, los lugares más interesantes son los tres canutos o valles de paredes verticales, que fragmentan el conjunto rocoso.

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A los pies de la antes mencionada sierra de Utrera se pueden ver los Baños de la Hedionda, donde manan aguas sulfurosas. Este pequeño balneario, de acceso libre y gratuito, ha sido usado por distintas culturas. De hecho, hay constancia de que fueron restaurados por los árabes y se hicieron remodelaciones entre los siglos XVIII y XX. Se encuentran junto al cauce del río Manilva, que es cruzado por un puente-acueducto construido en el siglo XVI y restaurado en el XVIII.

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Aunque sólo tenga dos kilómetros de litoral, Casares tiene uno de sus principales atractivos junto al Mediterráneo. Su costa está conformada por cuatro pequeñas playas, que son la de la Sal, la Ancha, la Chica y Piedra Paloma. La arena fina hace en casi todas ellas un bello contraste con zonas abruptas y rocosas. Una buena forma de disfrutarla es hacer el recorrido de la Senda Litoral de Málaga que hay habilitado en la zona.

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Entre las playas de Casares se puede ver una de las atalayas más llamativas de este recorrido, la Torre de la Sal, también llamada como la del Salto de la Mora. Su forma cuadrada, atípica en este tipo de construcciones, y sus dimensiones delatan que no fue usada como una mera torre de vigilancia. El origen de su construcción se remonta a la época nazarí, pero no se finalizó hasta el XVI. En ese siglo se la menciona como el «castillo» del Duque de Arcos, del que se sabe que construyó cerca de allí unas salinas, lo que justificaría el nombre de la torre.

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*Otros lugares de interés en Casares, aunque no siempre sean visitables o tengan buenos accesos, son el Monte del Duque, la ermita de la Virgen del Rosario del Campo, la unión de los ríos Genal y Guadiaro, el puente de la Albarrada, los restos de la ciudad romana de Lacipo, la cueva del Gran Duque (en la sierra de Utrera), algunos molinos harineros o las fosas de comunes de la Guerra Civil.

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