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Festival Internacional de Benicássim

Franz Ferdinand recupera el rock como espectáculo de baile

El grupo escocés revalidó anoche su título de recuperador del rock como espectáculo de baile

EFE | CASTELLÓN

Domingo, 23 de julio 2006, 02:00

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El grupo escocés Franz Ferdinand revalidó anoche su título de recuperador del rock como espectáculo de baile, un honor del que comenzó a disfrutar hace dos años en este mismo escenario, el Festival Internacional de Benicássim (FIB), cuando presentaron su primer disco.

El cuarteto liderado por Alex Kapranos demostró a los más de 35.000 entregados "fibers" que jalearon sus temas -algunos son ya himnos generacionales para el siglo XXI, como Take me out- que han aprendido durante este periodo a ser estrellas de su peculiar batidora de sonidos, donde cabe desde el pop hasta el punk, pasando por el rockabilly y el ska.

En una época en la que los arreglos difuminan los acordes originales de una canción, hasta convertir la composición en un tema irreconocible para el propio autor, este cuarteto certificó que la música parte de un esquema simple, basado en una voz atractiva, dos guitarras y una base rítmica apoyada por el sonido de un bajo.

Repite éxito

Hace dos años, cuando su primer trabajo continuaba escondido en las Islas Británicas, sorprendieron con la actuación más potente del FIB y presentaron su credencial para convertirse en un grupo de origen y concepción independiente, pero capaz de movilizar a masas y hacerlas vibrar.

Anoche, la banda comenzó su recital ante la abarrotada explanada del Escenario Verde, donde más de 35.000 personas les aguardaban con expectación desde una hora antes, con la seguridad de quien sabe que lo difícil ya está hecho, y que ahora toca asegurar lo conseguido: su segundo concierto en el FIB ha sido un éxito, en lo musical y en lo social.

Con temas como Do you want to, Matinee, Walk away, Fallen, Michael, This fire y, sobre todo, Take me out, el cuarteto escocés convirtió el festival en una inmensa pista de baile donde su particular estilo sonoro convivía con una cuidada estética para las generaciones "alternativas" del siglo XXI.

Morrissey, tres horas antes, les había dejado el listón sociomusical muy alto. Franz Ferdinand, ya de madrugada, levantaron sonrisas, hicieron botar a miles de entregados "fibers", vieron cómo volaba una gran vaca inflable junto a balones y globos, y se retiraron satisfechos tras una hora de auténtica fiesta, como aquellas que hace veinte y treinta años diseñaron Talking Heads, Orange Juice, Madness, The Clash y The Smiths.

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