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de 6,2 grados en la escala richter

El terremoto de Java se cobra más de 3.500 muertos mientras sigue el temor a réplicas

Los equipos de rescate continúan la búsqueda de cadáveres enterrados entre los escombros, por lo que la cifra de muertos podría aumentar

PPLL

Sábado, 27 de mayo 2006, 02:00

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Cerca de 3.500 personas han muerto a causa del terremoto de 6,2 grados en la escala de Richter que ha sacudido a primeras horas de esta mañana la isla de Java, la más poblada de Indonesia. El epicentro ha sido localizado en la provincia de Yogyakarta, según datos todavía provisionales.

Un funcionario del Centro de Meteorología y Geofísica, que responde al nombre de Fauzi, ha informado de que, al menos, se han producido dos réplicas, una de 5,2 grados y otra de 4,9 grados, y ha vaticinado más en los próximos días. "No existe riesgo de 'tsunami' (ola gigante), así que la población puede estar tranquila. Aún así, aconsejamos que busquen un sitio seguro para pasar la noche, que nadie duerma en el interior de una casa que haya quedado dañada porque podría derrumbarse con un nuevo temblor", ha dicho Fauzi.

Una región colapsada

Al caer la noche en la región, y más de quince horas después de registrarse el temblor de tierra -que tuvo lugar poco antes de las 6 de la mañana hora local (23.00 gmt del viernes), la cifra oficial de víctimas mortales era de 2.988 personas, además de miles de heridos. La Unidad de Desastres regional ha indicado que la zona con más víctimas mortales es la provincia de Yogyakarta, donde se contabilizan 2.473 muertos, de los cuáles más de 2.000 en la ciudad de Bantul, seguido del distrito de Klanten, donde se han contabilizado 522 víctimas mortales, según el diario digital Detikcom. Las autoridades consideran que la cifra puede subir aún más, dado que se desconoce el número total de personas atrapadas bajo la viviendas destruidas.

Yogyakarta, uno de los principales centros turísticos de Indonesia por los famosos templos budistas de Borobudur y el volcán Merapi, que desde hace semanas expulsa gases y cenizas, se encuentra a unos 400 kilómetros al sureste de Yakarta y a 25 kilómetros del epicentro de este terremoto. La población costera de Bantul, al sur de Yogyakarta, quedó sin un edificio en pie, de acuerdo con testigos entrevistados por los medios locales, y la urgencia del momento obligó a cavar fosas comunes para enterrar los cadáveres y evitar epidemias. Las imágenes de la televisión indonesia muestran viviendas colapsadas, muros destruidos o con grietas peligrosas, coches volcados. El terremoto ha sido tan fuerte que se ha sentido incluso en la ciudad de Semarang, en la costa norte de Java.

El aeropuerto de Yogyakarta se encuentra cerrado debido a los daños y las líneas telefónicas continúan saturadas. La situación ha superado todos los temores de los residentes y de las autoridades. "Continúan llegándonos pacientes. Ahora tenemos ya más de mil", ha declarado Eri Endarini, director del Hospital Sardjito, el mayor de Yogyakarta. Endarini ha explicado que los pasillos, las salas de espera e incluso los recibidores han sido acondicionados para atender a todas las víctimas. La situación se repite en una decena de centros sanitarios y ambulatorios de la ciudad.

El presidente de Indonesia, Susilo Banbang Yudhoyono, ha viajado por la tarde a Yogyakarta con un equipo de ministros para evaluar la situación, y ha acudido al hospital Sardjito a visitar a los heridos ingresados, permaneciendo en el centro cerca de una hora. Previamente, el mandatario, un general retirado, ha ordenado a las Fuerzas Armadas que ayudaran en las tareas de evacuación de afectados y que se distribuyera ayuda de urgencia para los damnificados, así como que se habilitaran centros de acogida.

Sin electricidad ni medios de transporte

Tras producirse el seísmo, aún de madrugada mientras la gente dormía, cientos de personas huyeron de sus casas en las localidades costeras de esta zona del sureste de Java, hacia terrenos más altos, por miedo a que se repitiera un "tsunami" (ola gigante) como la que, en diciembre de 2004, mató a unas 300.000 personas. Debido al cierre del aeropuerto de Yogyakarta por los daños sufridos en sus instalaciones, los vuelos han debido ser desviados a Solo; además, la estación de ferrocarril ha estado cerrada durante casi todo el día, aunque el tráfico ha sido restablecido al caer la noche. Además, la población se ha lanzado a las tiendas que estaban abiertas para acaparar productos, ante el temor de nuevas sacudidas, y en muchas zonas se ha cortado la electricidad. En el distrito de Sleman la falta de electricidad era total.

Numerosas personas han decidido pasar la noche en las calles por temor a réplicas, especialmente después de que se extendieran rumores de que por la noche iba a producirse un terremoto aún más fuerte que el de esta mañana. Aunque responsables científicos han dicho que el terremoto de hoy no tiene relación con la actividad que muestra en las últimas semanas el volcán Merapi, tampoco han descartado que pueda producirse una erupción. Cerca de Yogyakarta, los famosos y antiguos templos hindúes de Prambanan sufrieron grandes daños a causa del temblor de tierra, con numerosas estupas destruidas. No se ha informado de que haya extranjeros entre las víctimas, a pesar de que la zona afectada por el terremoto es muy turística.

Indonesia en el "Anillo de fuego", zona de alta actividad sísmica

Aunque toda Indonesia es una zona de gran actividad sísmica debido a que se encuentra en el llamado "Anillo de fuego" del Pacífico, esta zona en particular de Java no estaba acostumbrada a terremotos como el de hoy. Indonesia, la cuarta nación más poblada del mundo y con la comunidad musulmana más numerosa, ha sufrido importantes desastres naturales. El 26 de diciembre de 2004, un maremoto de 9,0 grados en Richter en el norte de la isla de Sumatra generó un "tsunami" que fue a romper en una docena de naciones bañadas por el Índico y se cobró la vida de 226.408 personas, según datos de la ONU. En torno a dos tercios de las víctimas mortales de ese desastre estaban en Indonesia. En marzo del año pasado, otro maremoto de 8,7 grados de magnitud sacudió la isla de Nias, en Sumatra, y acabó con la vida de 1.300 personas.

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