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El 'botellón', un fenómeno 'made in Spain'

La costumbre de los jóvenes españoles de reunirse en lugares públicos para tomar bebidas alcohólicas no se da en el resto de Europa

EFE | MADRID

Lunes, 20 de marzo 2006, 01:00

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La costumbre de los jóvenes españoles de reunirse en lugares públicos para tomar bebidas alcohólicas y charla, conocida popularmente como botellón, es un fenómeno típicamente español que apenas se practica en otros países de Europa.

En la práctica totalidad de los países europeos está prohibida la venta de bebidas alcohólicas a los menores de 16 años, y en algunos, como es el caso de Noruega y Suecia, la venta de cerveza, vino y licores de menos de 22 grados está restringida a mayores de 18 años, mientras que es necesario tener 20 años para poder comprar bebidas de mayor graduación.

Alemania podría ser el país que se acerca más a España en esa costumbre y, aunque a otra escala, el consumo de alcohol por grupos de jóvenes, tanto por encima como por debajo de la edad permitida (16 años), en la calle, en el metro o en los parques es habitual.

Este hábito puede deberse a que algunas discotecas son muy estrictas en la venta de alcohol a jóvenes, a los que se les pide el carné de identidad a la entrada y en función de su edad se les coloca una pulsera que según su color les da acceso a un tipo u otro de bebida alcohólica.

Pero más que el fenómeno del botellón, lo que preocupa en Alemania es la comercialización de los llamados Alkopop (refrescos con alcohol), ya que muchos jóvenes no son conscientes de que al tomarlos están consumiendo alcohol, puesto que su sabor dulce y el diseño de los envases no los identifica como tales. Para intentar reducir su consumo entre los menores, las autoridades han elevado a 18 años la edad legal para consumirlos e introdujeron un impuesto especial para esta bebida con el fin de que el aumento del precio disuada a los jóvenes.

En Francia no existe el 'botellón'

En Francia no existe la costumbre del botellón y no hay una legislación específica que lo prohíba, aunque las autoridades municipales y estatales se reservan el derecho de intervenir si hay denuncias de los vecinos por ruidos u otras molestias. Algunos puntos de la capital francesa, como la plaza de Saint-Michel, próxima a la Universidad de la Sorbona, son lugares tradicionales de reunión de jóvenes estudiantes, pero no se registran fenómenos similares al botellón español.

En Italia está permitido el consumo de alcohol en la calle, pero la costumbre del botellón no está extendida entre los jóvenes, que generalmente beben en bares o discotecas. La edad mínima legal para consumir alcohol son los 16 años, pero diferentes estudios coinciden en que los adolescentes italianos empiezan a beber a partir de los trece.

La bebida más popular entre los jóvenes es la cerveza, seguida del vino por parte de los chicos y de las bebidas de alta graduación, como el whisky y el ron, por las chicas, según datos de la organización de consumidores Teléfono Blu.

En Bélgica, como en la mayoría de los países europeos, no existe una legislación que prohíba el consumo de alcohol en la calle. Los jóvenes suelen reunirse en sus casas para beber o acuden a bares. La bebida más consumida con diferencia es la cerveza. La venta de bebidas alcohólicas está prohibida a los menores de 16 años.

Aunque la ley se cumple con regularidad en los locales de ocio, existe poco control en la venta en las grandes superficies, por lo que las autoridades del país tienen previsto endurecer la normativa.

En el Reino Unido es habitual que los jóvenes consuman alcohol, especialmente cerveza, frente al "pub" y que continúen bebiendo incluso después de cerrados los bares. En virtud de una ley de 1997, la policía puede confiscar alcohol en lugares públicos (en la calle o en los parques) si quienes beben son responsables de crear altercados.

En Portugal no existe una ley que impida beber en la calle, lo que sucede con alguna frecuencia en el "Barrio Alto", donde hay muchos bares pequeños, y en múltiples ocasiones los clientes prefieren tomar copas en la calle, ya que el tráfico está prohibido en esa zona. Los fines de semana es común que los grupos de jóvenes compren previamente las bebidas en supermercados o tiendas que están abiertas las 24 horas y las consuman antes de llegar a la discoteca, o a los bares de copas, donde resultan más caras.

En Rusia es un hábito tradicional

El consumo de alcohol en las calles en Rusia es un hábito tradicional, aunque con características autóctonas que no se asemejan al botellón español. Ya en tiempos soviéticos la policía podía detener "por alterar el orden público" a los bebedores que se reunían en "troikas" para comprar entre tres y compartir a la puerta misma de la tienda una botella de vodka.

Tras la caída del comunismo también han cambiado los hábitos y la afición de las jóvenes generaciones por la cerveza ha llegado al extremo que el año pasado los legisladores rusos prohibieron el consumo de bebidas alcohólicas en lugares públicos no destinados para ello, aunque no han conseguido impedir que los jóvenes deambulen por las calles empuñando sus botellines.

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