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Alegre, el poeta con vocación de político
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Alegre, el poeta con vocación de político

Es un inconformista con ideas propias, que defiende hasta sus últimas consecuencias

EUROPA PRESS | LISBOA<

Domingo, 22 de enero 2006, 01:00

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Desdeñado en los medios políticos por ser poeta y en los literarios por ser político, Manuel Alegre es un poeta que transforma la palabra en impulso y acción, un inconformista con ideas propias, que defiende hasta sus últimas consecuencias. Prueba de ello es su candidatura a la Presidencia de la República, enfrentándose al Partido Socialista, del que es un histórico militante, y a su "amigo de grandes batallas" Mario Soares, su rival en esta carrera presidencial, en la que lo han abandonado muchos de sus "camaradas" sometidos a la disciplina del partido.

La candidatura de Alegre surgió como respuesta a la máquina partidaria de los socialistas, que en el último momento lo dejó de lado para apoyar al fundador del partido y ex presidente Mario Soares. En su manifiesto electoral afirmó: "Soy un hombre de izquierda que me postulo libremente y me dirijo a los portugueses que creen en la patria, en la libertad y en la democracia". Su objetivo, dijo, "es hacer que el Estado confíe más en los ciudadanos y que los ciudadanos confíen más en el Estado".

Su discurso fue tildado por muchos de "populista patriótico" y su decisión de "altiva y narcisista". Él se defiende: "Es una incapacidad de practicar una cierta forma de hipocresía y compadreo portugués. O tal vez un tic que heredé de familia: levantar la cabeza y mirar de frente", fueron sus palabras.

Pero calificaciones aparte, lo que muchos en el Partido Socialista no se esperaban es que Alegre estuviese por delante de Soares en las encuestas. Pero tal vez esa ventaja sobre su viejo amigo no sea tan sorprendente, por algo en 1981 Mario Soares presentó a Manuel Alegre al presidente francés Mitterrand como "el mejor orador portugués".

El único candidato sin apoyo partidario en estas presidenciales es un hombre con un fuerte carácter, marcado por un arraigado espíritu deportivo -fue campeón nacional de natación-, por una madre enérgica e intervencionista, aunque cariñosa y dedicada, que siempre le regalaba un ramo de rosas por su cumpleaños, y por un padre del que heredó el desprendimiento y el desinterés por las cosas materiales, a excepción de sus armas, plumas y libros.

Un hombre sociable y divertido

Ganador del premio Pessoa en 1999 por el conjunto de su obra es, según sus amigos, un hombre sociable y divertido, un gran jugador de futbolín, que no desiste por nada, y al que le gusta el flamenco -"la música y el baile que están más cerca del ritmo de los latidos del corazón y de la pulsación de la tierra", dice-, aunque también cierto tipo de fados y el tango de Francisco Canaro.

También por el ritmo, es un apasionado de la poesía de Federico García Lorca, que califica de "baile de palabras". Además, no oculta su afición por las reuniones de familia y con algunos amigos y camaradas, "una reunión conspirativa en la que no se pierde la ilusión de la revolución que todavía es necesaria y posible", afirma.

Alegre se define a sus 69 años como un "patriarca", un hombre de familia, al que le gusta estar en casa con su mujer, Mafalda, ir de caza con sus dos hijos, nadar con su hija, y jugar con sus nietos gemelos, aunque siempre fue un solitario que, a pesar de su pasión por la poesía y la política, dice que no cree en la literatura y que siempre rechazó ser ministro o eurodiputado.

Su máxima responsabilidad gubernamental fue como secretario de Estado en el primer Gobierno Constitucional, con Mario Soares como primer ministro. Desde 1995 es vicepresidente de la Asamblea de la República.

A pesar de no haber ostentado cargos públicos relevantes la experiencia política de Alegre es extensa y siempre influida por la poesía. Sus primeras inquietudes sociales llegaron en la infancia, cuando en el seno de una familia de clase media se preguntaba por qué unos podían ir a la facultad y otros no.

Extensa experiencia política

Tras su paso por la facultad de Derecho de la Universidad de Coimbra, donde ya tomó posiciones de forma clara contra la dictadura de Salazar y la guerra colonial, fue enviado a luchar a Angola, donde dirigió una tentativa pionera de revuelta militar que le llevó seis meses a la cárcel de Luanda. Tras su vuelta a Portugal, acaba por pasar a la clandestinidad y se exilia a Argel en 1964.

Fue durante sus 10 años de exilio en Argel donde Manuel Alegre alcanzó notoriedad pública. En el país africano dirigió el Frente Patriótico de Libertación Nacional y delante de los micrófonos de la emisora La voz de la Libertad, que transmitía de forma clandestina en Portugal, su voz se convirtió en un símbolo de resistencia y libertad. Al mismo tiempo, sus dos primeros libros de poetas fueron requisados por la censura y comenzaron a divulgarse de mano en mano de forma clandestina.

Su regreso a Portugal se produjo siete días después de la Revolución de los Claveles, el 25 de abril de 1974. Entró en el Partido Socialista y al lado de Mario Soares promovió grandes movilizaciones populares que permitieron la consolidación de la democracia y la aprobación de la Constitución de 1976, de cuyo preámbulo fue redactor. Diputado en todas las elecciones desde 1975 hasta la actualidad fue, durante más de 20 años, amigo y apoyo de Mario Soares, que siempre dijo de él: "Manuel Alegre es el mayor poeta vivo". En las últimas elecciones internas del partido para secretario general perdió para José Sócrates, actual jefe del Gobierno.

Ante este nuevo reto político, Alegre, termine por delante o por detrás de Soares, sale vencedor de esta batalla ya que según el mismo dice su mayor logro "es haber llegado hasta aquí", aunque sus defensores, que esperan una segunda vuelta, aseguran que él "puede traer a la política portuguesa el patriotismo que necesitamos para volver a creer en el país". "Es un recaudador de afectos, políticamente incorrecto, no finge, no usa máscaras, se muestra tal cual es". "l es un político y un poeta, para la tercera P solo le falta ser presidente", concluyen.

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