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Andrew Gardfield, en un fotograma de 'Tick Tick... Boom'.
Andrew Gardfield: «No sé si el público me aceptará cantando y bailando»

Andrew Gardfield: «No sé si el público me aceptará cantando y bailando»

Entrevista ·

El intérprete encarna en 'Tick Tick... Boom' al autor de musicales Jonathan Larson, que murió de sida antes de revolucionar Broadway

María Estévez

Los Ángeles

Jueves, 11 de noviembre 2021

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'Tick, Tick… Boom' es el debut como cineasta del productor de musicales Lin-Manuel Miranda, que adapta este musical autobiográfico del dramaturgo y compositor estadounidense Jonathan Larson, que murió de sida en 1996 con 35 años tras revolucionar Broadway con 'Rent' y la citada 'Tick, Tick… Boom', donde introduce temáticas como el multiculturalismo, la adicción y la homofobia, que estaban orilladas a principios de los 90. La película, ambientada en esa época, narra la historia de Larson, un joven compositor teatral al que da vida Andrew Garfield (Los Ángeles, 38 años), que trabaja de camarero en un restaurante neoyorquino mientras escribe el que espera se convierta en el próximo gran musical americano. El filme se estrena hoy y en una semana pasará a Netflix.

–¿Qué significa para usted interpretar a uno de los grandes creadores de Broadway?

–Encarnar a Jonathan Larson ha sido una tarea titánica en la que he estado sumergido durante un año y medio. Me costó mucho aprender a cantar, a tocar el piano y bailar. También ha sido un privilegio al servicio de él y de su familia. Su vida fue una persecución por crear arte, cumplir los sueños y crear una conciencia colectiva de cuidarnos unos a otros. Era un radical en una época en la que Ronald Reagan no hablaba de la epidemia del sida. John luchaba por el alma de su país a través del arte, sin que la gente lo escuchara, hasta que fallece y nos deja 'Rent', que lo cambia todo.

–Hay una gran expectación por este filme y la representación que hace del personaje.

–Lo sé y me asusta. No sé si el público me aceptará cantando y bailando. Ha sido una preparación mucho más exigente de lo habitual. Soy un tipo perfeccionista y sentí la responsabilidad de hacer bien mi trabajo. Es algo sagrado interpretar la vida de alguien que luchó tanto por sí mismo y luego no tuvo la oportunidad de disfrutar del éxito porque una enfermedad acabó con él. John era un tipo a quien respeto como artista, como amigo, como novio, como hijo y como revolucionario porque nunca se traicionó. Quería cambiar el mundo porque sabía que había mucha toxicidad en la sociedad.

–¿Se parece en algo al papel que interpreta?

–Yo no soy un revolucionario, sin embargo he decidido no compartir mi vida en las redes sociales porque no quiero mercantilizar mi imagen. Rechazo la crueldad que hay en la sociedad virtual. John era un tipo muy profundo, con conciencia de clase. Quería dejar su huella en la cultura y lo vemos en sus musicales. Se enfrentó a responsables de teatros, políticos y dirigentes para proteger todo aquello en lo que creía.

Vídeo. El tráiler de la película.

–Esta es la primera película de Lin-Manuel Miranda como director...

–Lin es un genio precoz que ha sabido transmitir el concepto artístico de Larson. Es un hombre con una actitud positiva contagiosa y una energía de otra galaxia. Nadie me había dicho las cosas que me dijo para hacerme creer que podía cantar y bailar, supo sacar de mí el mejor Garfield.

–Lleva muchos años trabajando en Hollywood ¿Se sigue poniendo nervioso?

–Sí. Soy un león en una jaula en los días previos al inicio del rodaje. Siempre que comienzo un proyecto, hay un umbral que cruzar que me tortura internamente. A todos los actores nos alimenta el miedo a un nuevo reto.

–¿Hay algún personaje que haya buscado y no haya conseguido?

–No. Pero, si lo hubiera, es muy probable que no lo dijera (se ríe). Creo en esa máxima del universo que dice: 'Las cosas pasan por algo'. No me pongo a dar vueltas por lo que no he conseguido, al contrario, me siento agradecido por lo que he logrado.

–Volviendo al tema de las redes sociales, usted vive casi escondido...

–No me escondo, pero no busco la atención. Es un aspecto cultural que no me interesa. Ese consumismo de las redes sociales hace mucho daño. Prefiero vivir una vida tranquila sin depender de un mundo virtual en el que no confío. No soy un hombre muy espiritual, sin embargo, gracias a mis personajes he aprendido a ser mejor persona.

–¿Cómo se metió en la mente de John?

–Estudiando su legado. Durante el rodaje me despertaba pensando en él cada mañana, tarareando sus temas con el anhelo de cumplir con su legado.

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