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YOUTUBERS DE CINE

OSKAR BELATEGUI

Jueves, 1 de enero 1970

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Es un misterio achacable a una cuestión de edad. Los youtubers se han erigido en guías espirituales de los chavales, mientras sus padres son incapaces de explicarse qué interés tiene ese fulano que habla a la cámara desde su cuarto. El reciente Festival de Sitges, siempre atento al cine más transgresor, ha incluido en su programación dos películas de sendos youtubers. Con casi 32 millones de suscriptores, el Rubius ha firmado para Movistar 'Virtual Hero', una serie de animación con la que el canal de Telefónica quiere atraer a los chavales que han dejado de ver la televisión para abrazar internet. Claro que lo de 'firmado' es un eufemismo, porque Rubén Doblas ni escribe, ni dirige, ni dibuja. Su cargo en el proyecto ha sido el de «asesor creativo».

Más repercusión ha tenido 'Bocadillo', ópera prima de Isma Prego, alias Wismichu. Un filme que costó un millón de euros, según anunció en una rueda de prensa anterior a la proyección y no al revés, como dicta la lógica. Tenía una explicación: 'Bocadillo' es un chiste repetido en bucle hasta la extenuación. Un tipo entra a un bar, pide un bocadillo vegetal y el camarero se empeña en que sea de pollo. Y así una y otra vez. El público de Sitges, que había pagado 11 euros por la entrada, montó en cólera. Les está bien merecido por ir a ver cosas de youtubers. «La película sois vosotros», tuiteó Wismichu confirmando que todo había sido una inmensa 'trolleada', una excusa para un documental que contará precisamente cómo Prego tomó el pelo a uno de los festivales de cine más importantes de España.

Claro que probablemente en Sitges ya sabían de qué iba la broma del troll y dejaron que sus cámaras grabaran la reacción de público y periodistas. ¿Tomadura de pelo? No menos que algunas de las películas programadas en cualquier festival, que provocan deserciones y ronquidos cuyo eco no sale de la sala. De momento, lo que hacen El Rubius y Wismichu no tiene mucho sentido fuera de internet. El problema vendrá cuando los espectadores que han crecido con ellos busquen en las imágenes que consuman la misma viralidad vacua.

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