Verónica Forqué y el linchamiento

VOLTAJE ·

Ojalá los comentarios hirientes sobre el estado de Verónica Forqué pesen para siempre sobre la conciencia de sus autores

Martes, 14 de diciembre 2021, 07:44

Hoy el mundo es un sitio más oscuro porque nos ha dejado un ser de luz y de sonrisa amplia. Verónica Forqué, actriz de 66 ... años con una inconmensurable trayectoria en cine y en teatro, se quitó la vida ayer en su casa de Madrid. Hasta entonces nos había acompañado, y gracias a su trabajo lo seguirá haciendo, desde sus primeras películas con Pedro Almodóvar hasta su participación en el programa 'MasterChef Celebrity' que abandonó porque ya no podía más. La recordaremos como una de las mejores actrices del cine español, pese a que ahora resulte estremecedor recordarla quitándose el delantal en 'prime time': «Mi mente y el universo me están diciendo que tengo que parar».

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El suicidio ha sido un tema tabú en los medios de comunicación, entre otras cosas por el temor a promocionar lo que en realidad pretende evitarse. Esa fase ha pasado y ahora tenemos clara la obligación de exponer, negro sobre blanco, la realidad que asola a la sociedad. No sé si ha hecho falta que se suicide una actriz famosa para que reaccionemos ante un asunto de salud pública. 4.000 personas se quitaron la vida en 2020 -son más de diez muertes al día- y por cada suicidio consumado hay antes varios intentos y señales de alarma. Hay que actuar. Dicen que en España hay ayuda psicológica gratuita, pero lo que no dicen es que tardan varios meses en dar cita y, cuando la dan, el seguimiento que se hace es superficial. Una vez admitido el problema, aquellos que se lo pueden permitir van a las consultas privadas que no son precisamente baratas.

Los perversos y los narcisistas no suelen ir al psicólogo, ni los que humillan a los demás. Van los damnificados. Verónica Forqué ha estado recibiendo mofas e insultos en redes sociales durante su último paso por televisión, en donde lo más bonito que le decían eran loca y desequilibrada, también por parte de algunos compañeros del concurso, pero parece que en internet la crueldad y el odio se multiplican. Exista, o no, una relación directa entre ese linchamiento y esta pérdida, también hay que proponer una reflexión colectiva en torno a las vejaciones y a las campañas de acoso que se producen cada día en las redes, alentadas por favs y retuits, entre los desagradables vítores de la masa vocinglera, practicadas desde la patética atalaya de los que se creen mejores que los demás. Resulta repulsivo leer los comentarios que emergen de su última publicación en las redes sociales. Dan asco y ganas de borrarse de todo. Ojalá pesen para siempre sobre la conciencia de sus autores, si es que tienen una, y esperemos que pronto esta manera de hacer daño deje de quedar impune y empiece a estar vista como lo que es: un violento ejercicio de crueldad colectiva.

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