La venganza animal

Un perro se ha comido parte del pene del hombre que lo pateó. El hombre trató de apartar al perro y el perro le mordió ... la mano, a lo mejor confundiendo los dedos con más penes. Pene no hay más que uno y él se lo encontró en la calle. La calle era sagrada y se lo llevaron a un hospital sagrado. Calle Santa Teresa, de Reus, hospital Sant Joan, y del Sant Joan al Joan XXIII de Tarragona donde trataron de hacer algo glande. Por seguir con el santoral podríamos decir que el hombre se ha quedado como el perro de San Roque. La historia me ha recordado el inicio de una obra maestra, 'Los cachorros', de Vargas Llosa. A lo mejor prefieren pasar el fin de semana leyendo la tesis de Sánchez, yo no podré porque ando recorriendo los barrios de Málaga y el alma de sus personajes de la mano de 'Sur', la última novela de Antonio Soler, que tras las primeras doscientas páginas va camino de convertirse en su mejor novela, que no es poca cosa. Soler me lleva de Pinares de San Antón a la barriada de La Paz, donde esta semana un policía afeó a una pareja quinceañera que quemase con un cigarro a un galápago que había sacado del estanque del Parque del Oeste. La vida es a veces de Walt Disney: para quedarse helados. Un policía local que iba con sus hijos dijo oye y se identificó. El brillo de la placa no cegó al muchacho y le dijo al policía que no podía hacerle nada porque era menor, y que su padre, de él, iba a venir y lo iba a matar, al policía. Mientras el muchacho amenazaba, la muchacha insultaba y ambos gesticulaban obscenamente. Como para no refugiarse en la literatura.