La salud, cosa seria

Muy pocas cosas provocan un estado de alarma, de clima de pánico y casi histeria colectiva, como alguna epidemia que amenace la salud, independientemente de ... la gravedad real o los posibles análisis racionales. Estos son tiempos en que vivimos intensamente uno de esos momentos, tan repetidos a lo largo de la Historia. Actualmente contamos con un excelente sistema sanitario, pero en el pasado lo más habitual fue la precariedad. Acotando el asunto a la zona de influencia de Marbella, puede trazarse un devenir con ciertas pinceladas de lo que fueron deficiencias en tiempos heroicos. Tras el sometimiento de la ciudad a los Reyes Católicos, estos fueron los impulsores del Hospital Real de la Misericordia o de San Juan de Dios. Hoy es un centro cultural, pero albergó a los médicos de la Seguridad Social hasta los años setenta. Durante siglos fue la única infraestructura sanitaria, junto con el hospital Bazán o de Nuestra Señora de la Encarnación. Pero fueron las individualidades, los facultativos que ejercieron en la ciudad y su comarca los que trazaron las estrategias de la lucha contra la enfermedad en tiempos precarios presididos por la escasez en todos los sentidos. Algunos de estos médicos pueden ser considerados casi legendarios: don Adolfo Lima Chacón, que atendía Marbella, Ojén, Istán y Benahavís, auxiliado por el practicante don Manuel Cantos Gallardo y por una matrona llamada doña Juana. Su vivienda-consulta se situaba en la esquina donde confluyen el inicio de Ricardo Soriano y calle Huerta Chica. Tras la Guerra Civil, llegó desde Madrid don Antonio Maíz Viñals, con formación como ginecólogo y un ojo clínico y praxis sanitarias asombrosos. Fue además árbitro de fútbol, político local y cronista oficial de Marbella, también con una Historia de Benahavís y la autoría de la Geografía Médica de Marbella. Ambos médicos poseían automóvil , pero las limitaciones de los caminos, les llevó frecuentemente a desplazarse a lomos de asnos o de caballos.