Rubia y en botella
VOLTAJE ·
Experience 360 lleva una década dando a conocer historias que nos tocan muy cercaSiempre hay algo atractivo en acudir a las bodegas y a las fábricas de cerveza porque suelen transformarse en lugares en los que ocurren cosas ... interesantes. Ahora escribo desde una de ellas, en este imponente salón de actos que es sitio de gloria poligonera atravesada por tuberías y pegada a unos barriles en los que se prepara este líquido elemento. La boca del lobo de las cervezas Victoria se inauguró como factoría en septiembre de 2017 y desde entonces ha cumplido su promesa de productora de una felicidad que funciona en todo momento: la cerveza es el antídoto para apagar los incendios de la resaca echando más gasolina, y es una bebida recurrente incluso entre la gente que hace deporte, con el convencimiento de que, después de subir un puerto de montaña, la caña hidrata más que la propia agua, y tiene mejores consecuencias. Por lo menos a corto plazo.
Cualquier noche fría se resuelve bajo el calor de un evento. El motivo de esta visita a la factoría de Victoria es una nueva edición de un programa de mesas redondas llamado Experience 360, un proyecto impulsado por el periodista Julio Melgarejo, lleva una década dando a conocer historias personales que nos tocan muy cerca y que, en esta ocasión, y es la tercera, ha querido rendir homenaje a los ejemplos de superación que se escriben exclusivamente en femenino.
Así, madres, novias, hermanas e hijas se dieron cita en esta fábrica de Cervezas Victoria para escuchar a seis portentosas mujeres que nos contaron una parte de sus vidas en ocho minutos ante un sediento público asistente. Leonor García Agua, diputada de Sabor a Málaga (personaje habitual en estas columnas tan inclinadas al hedonismo y a las cosas del comer), Alejandra Pérez, una gran artista más conocida como Alejandra Catering (ídem de la anterior: protagonista de tantas cosas buenas), Belén Gaspar, que hace un emocionante trabajo de solidaridad en la Fundación Olivares, Victoria Ordóñez, espléndida bodeguera que tiene en su nómina de creaciones un vino blanco riquísimo que se llama 'La ola del Melillero', elaborado con uvas Pedro Ximénez de los Montes de Málaga (aquí aprendo de la tradición vinícola perchelera y del origen árabe de las uvas Pedrito), Kaajal Mansukhani, que pese a lo cosmopolita de su nombre en apariencia foráneo es tan malagueña como la bebida dorada que nos acoge, y por último la cantaora Rocío López, alias 'Boterita', que después de su relato nos deleitó con una copla sobre la trilla, muy bien traída, para abrir la boca de la cata con la emoción de una tarde que al final resultó un lujo bien regado. La cerveza sabe mejor en buena compañía.
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