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Hoy, en cierta forma, con el retorno de la Virgen de la Esperaza desde la Catedral hasta su templo, se puede decir que finalizan los ... actos del Jubileo de las Cofradías que tuvieron su punto culminante hace exactamente una semana en el Vaticano y en la capital de Italia.
'Lo' de Roma ha sido un espectáculo, una experiencia inolvidable y sin duda una página para la historia cofrade de Andalucía, no sólo de Sevilla y de Málaga, pero como todo en la vida, se están oyendo y leyendo comentarios muy respetables, pero totalmente vacíos de razón. 'Lo' de Roma hay que analizarlo en base a cinco puntos concretos.
1. Experiencia. Como hemos dicho, la procesión de Roma en la que han participado dos cofradías andaluzas ha sido una experiencia jubilosa y extraordinaria. Se han vivido momentos inolvidables, con un enorme esfuerzo y despliegue de los hermanos del Cachorro y de la Esperanza, con sus equipos de albacería al frente.
2.-Éxito. Nadie puede dudar que ha sido un éxito mayor aún de lo esperado. Curiosamente, muchos de los más críticos no asistieron a los actos, no fueron testigos directos de lo que allí pasó: ir delante de la Esperanza cientos de metros sin que nadie te molestara, sin los absurdos y manidos 'aforos' malacitanos, dejando al pueblo llano, de todos los colores y nacionalidades, interactuar y ver de cerca ese monumental trono y esa bellísima imagen es una sensación difícil de explicar.
3. Participación. Ha sido una lección la implicación de los hermanos. Ver los rostros de los hombres de trono, casi 600 en los dos turnos, lo decía todo. Y en las calles mucha gente, muchísima. Dicen algunas críticas que sólo había malagueños y sevillanos. No fue así, pero si lo hubiera sido surge una pregunta: ¿Y qué? Pues no, hubo muchísima gente, decenas de miles de personas que llenaron vías de gran amplitud heredada de los grandes espacios que albergaban los desfiles de las legiones romanas. Había que ver las caras de la gente: una foto tras otra eran una tesis de qué es la religiosidad popular.
4. Papa. Sacar a colación que las imágenes no estuvieran en el altar mayor del Vaticano (no está la Esperanza en el altar mayor de la Catedral...) o que el Papa no asistiera a los actos es de una enorme catetez. No somos (los cofrades) el ombligo de la cristiandad. León XIV se entronizaba ese día, delante de jefes de estado de todo el mundo. Humildad, por favor.
5.-Repercusión. Ha sido enorme, y nada más repasar los periódicos italianos y los comentarios de los romanos responde este punto. Pero, además, lo más importante: las cofradías andaluzas, la Esperanza malagueña, han hecho historia en el Vaticano. ¿No basta? Y no se pierdan la revista de SUR; también será para la historia.
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