El rincón de la victoria

VOLTAJE ·

Málaga es el rincón de la victoria de toda España

Jueves, 23 de diciembre 2021, 08:13

Tengo a los niños y a las niñas y a todo el mundo que ha pasado por San Ildefonso machacándome la cabeza todavía con la ... matraca de los mil euros. El Teatro Real está erosionado. Hoy todo vale mil euros. Vivir solo cuesta mil euros. La fiesta de tu próximo cumpleaños te costará mil euros. Sucede que la Navidad no entiende de luces y empieza cuando el primer niño o niña le da valor a un décimo de la lotería con un grito que luego se nos queda clavado. El alarido de la suerte. Igual que todos los que compran lotería, pienso que un día me tocará el Gordo, si es que no me ha tocado ya con los amigos que tengo. Me tocará el Gordo y en los días buenos seré feliz y lo repartiré con mis seres queridos; en los días malos, sin embargo, el dinero se volverá en mi contra y acabaremos todos arruinados. Borrachera de poder. Cuidado con las armas de doble filo. Ojo con las cantidades que no se pueden manejar. Con esto me consuelo, atendiendo a las pequeñas cosas. Sueños de pedrea.

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Hoy la gente afortunada se corrige la resaca de cava tibio que se ha descorchado en la puerta de las administraciones. El cava ya forma parte de la sangre y del cuerpo de los que celebran el premio y sus impuestos. Empiezan a emerger personas colgadas por el anís, que es a la vez bebida e instrumento. En la redacción de los periódicos toman chocolate con churros y los corresponsales acuden a la urgencia de lo novedoso y a cubrir la alegría intermitente de los que ganan. Tapar agujeros sin saber de albañilería. Quitarse letras teniendo una idea muy lejana de la gramática.

Siempre sigo el sorteo del Gordo de Navidad con el fervor de quienes nunca han sido premiados. Cada décimo nos iguala. La lotería es democracia. Como en los casinos, siempre gana la banca o hacienda. Hoy por hoy, si me tocara una cantidad contundente de dinero, aparte de viajar, me compraría una casa en la costa, que es lo que quiere todo el mundo. Las vistas, al mar. Aquí se compra mucha lotería, dicen que es porque hay muchos camareros y porque hay muchos clientes, servidores y consumidores que están cerca del mar y de lo importante. Málaga es el rincón de la victoria de toda España. El traductor quiere que escriba Riñón de la Victoria. Pero yo insisto. En Málaga siempre toca algo. Es el paraíso de los que buscan darle algún sentido a la vida y de los que tienen esperanza en mejorarla. Y a mí me ha tocado la lotería con los amigos que tengo.

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