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La ola

Revolución

Pilar Martínez

Málaga

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Domingo, 29 de octubre 2017, 10:01

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Revolución es la palabra que resume una semana que deja claro que el turismo encara una nueva era, en la que no todo el monte es orégano ni todo lo que reluce es oro. Dentro de esa burbuja que no deja ver con claridad a los principales actores y a las propias administraciones más allá de las cifras récords, en la Costa se está produciendo un cambio vertiginoso al que se le presta poca atención ahora que el sector, todo en su conjunto, hace gala de datos históricos, llena los establecimientos por más caras que se pongan las habitaciones y registra niveles de ocupación tan altos que no se repara en que todos los huevos se han concentrado en los mercados internacionales, esos que en cuanto despierten con fuerza los países del Mediterráneo como Túnez, Grecia o Turquía, dejarán de tener en España su única alternativa para disfrutar de las vacaciones.

La primera de las revoluciones ha sido que el 'boom' de las viviendas turísticas ha marcado un histórico punto de inflexión, en el que ha arrebatado en apenas año y medio de regulación de este sector la supremacía de los hoteles como oferta con más volumen de plazas después de más de medio siglo siendo los número uno. El momento en que las camas de alquiler vacacional han superado a las hoteleras ha desatado la preocupación entre los profesionales, que hasta ahora querían restarle importancia con declaraciones siempre muy diplomáticas a un auge de la vivienda vacacional que ahora les ha estallado y les obliga a pasar a la acción con una ronda de encuentros con altas instancias en busca de un mayor control de un sector que se come día a día a la oferta de alojamiento tradicional.

Y todo ello en un momento en que los españoles dan la espalda a los hoteles, entre otros factores, porque las tarifas han crecido al ritmo que aumentan las reservas de viajeros extranjeros dispuestos a pagar lo que se les pida, entre otras cosas, porque hay poco donde elegir fuera de los destinos españoles.

Demasiadas fichas en juego y pocas reflexiones sobre cómo ganar esta complicada partida.

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