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En un clima de inestabilidad, Andalucía puede convertirse en un refugio para las inversiones. Este es el mensaje principal que el presidente andaluz, Juanma Moreno, tenía previsto transmitir en Madrid en un foro a escasos metros del Congreso de los Diputados, en el que el único ruido que se escucha es el de nuevas elecciones. La oportunidad de hacerse oír en Madrid es capital para los presidentes andaluces. Todos la han procurado con bastante lógica. A Andalucía no siempre se le tiene en cuenta, o casi nunca. Cuesta que el Gobierno de España, sea del color que sea, admita con hechos que el18% de la población del país reside en este territorio, también uno de los más extensos y, como dice el presidente, con un gran «potencial» desaprovechado. Moreno hizo una exposición sin grandes anuncios, con un esquema sencillo para convencer como un hombre de diálogo, de pactos y, sobre todo, como un 'vendedor' de Andalucía para atraer inversiones que hagan prosperar a esta Comunidad. Es su devoción, pero también su obligación.

Quizás esa sencillez exenta de promesas pomposas fue insuficiente para que su mensaje tuviera el eco necesario que acallara otros. El equipo del presidente podría temerse que la listeriosis se comiera todos sus propósitos, pero no fue así. Lo hizo el proyecto de Pablo Casado de 'España Suma'. Moreno demostró la lealtad que dice tener a Casado sumándose él (no le cabe otra si gobierna con Cs con el apoyo de Vox) a una fórmula que otros barones del PP con los que tiene afinidad, como Núñez Feijóo, no la ven acertada. Cs apenas tiene presencia en Galicia.

En la puesta de largo de Moreno como presidente en Madrid, muy concurrida de empresarios, destacó la ausencia de representantes de Ciudadanos. El consejero de Economía, Rogelio Velasco, no cuenta porque no está afiliado al partido naranja. Tampoco estuvo la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Protagonizaba a casi la misma hora otro foro similar en Barcelona. Y aún sin el arrope de la cúpula del PP, su eco nacional fue mayor, sobre todo por la reprimenda que le endosó a los empresarios catalanes afines al independentismo; y más aún por la propuesta que hizo de una plataforma de empresas catalanas y madrileñas para captar las deslocalizaciones que provoque el Brexit. Díaz Ayuso podría haber tenido el detalle de incluir a Andalucía, que le abrió camino a su investidura, en su propuesta. O quizás no le ha gustado que Moreno pretenda una fiscalidad como la de la capital que frene el 'dumping' que tanto le ha beneficiado. En cualquier caso no parece compartir con Moreno que Andalucía sea refugio de inversiones, cuando se ha decantado por el puente Madrid-Barcelona; más de lo de siempre. Así será difícil que España sume.

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