Borrar

Un punto de inflexión

Pilar Martínez

Málaga

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 31 de diciembre 2017, 10:15

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Se va 2017, que pasará a la historia del turismo de la Costa del Sol como un buen año y, el tiempo dirá, si como el ejercicio que marcará un punto de inflexión en este negocio. Nada hace presagiar que lo construido corra riesgos de derrumbe, pero sí hay señales que alertan de que las cosas van a cambiar. Lo que tampoco supone que sea siempre a mal. Si de la crisis el sector aprendió algo es que sobrevivieron a ella los que habían hecho sus deberes con profesionalidad y con el saber que da la experiencia. Los especuladores metidos a empresarios turísticos fueron los primeros en caer. Los nuevos tiempos apuntan hacia la misma dirección: quienes hayan cumplido con sus tareas de cuidar al viajero para fidelizarlo, de ofrecer calidad en el servicio o de ponerse al día en los procesos de digitalización deben encarar 2018 con tranquilidad. Los que, por contra, hayan visto un filón, sin más miramientos, en la avalancha de viajeros extranjeros, que en los últimos años han reducido a los destinos españoles sus opciones de pasar unas vacaciones tranquilas, deben empezar a preocuparse por el despertar de competidores del calibre de Egipto o de Turquía. Estos países ya han arrojado fuertes crecimientos en la llegada de turistas en 2017, que ha sido su punto de inflexión. Además para no perder comba, los gobiernos de estos mercados ya han anunciado que no escatimarán en incentivos para que las aerolíneas aumenten las frecuencias y los operadores turísticos vuelvan a llenar los hoteles. Un escenario con el que la Costa del Sol ni puede ni debe plantearse competir. Este destino juega en otra liga, ajena a rivalizar por precios, pero como en el fútbol el ascenso no es permanente. Cualquier revés te coloca en una división en la que los altos precios actuales de los hoteles juegan en contra. Asimismo, los que han considerado que estar a la vanguardia en tecnología no es tan importante deben repensar su postura y ponerse las pilas. La innovación es ya sinónimo de éxito. Todo ello dibuja un nuevo horizonte, que para nada pinta negro, pero tampoco color rosa.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios