La Tribuna

El primer gran logro de la Alianza por Málaga

Patricia Navarro

Presidenta del PP de Málaga

Domingo, 21 de julio 2024, 02:00

Sin ánimo de lanzar las campanas al vuelo, bajar la guardia o caer en la complacencia, la reunión del miércoles entre el Ministerio de Transportes ... y Movilidad Sostenible, la Consejería de Fomento, la Diputación y los ayuntamientos de los 18 municipios costeros entre Nerja y Algeciras constituye un hito histórico. Por primera vez, los responsables públicos del área más dinámica, pujante y con mayor proyección de nuestro país, con una población total, entre censada y flotante, que ronda los 2,7 millones, se sentaron en la misma mesa para abordar el principal problema y reto al que nos enfrentamos: el colapso de la movilidad. Y lo hicieron con lealtad institucional, con espíritu constructivo y acordando los pasos a dar. Atrás quedan meses, años, de reivindicaciones de los alcaldes y alcaldesas, de la Diputación, de la Junta, del Partido Popular y de la sociedad civil. Porque si esta reunión se ha producido, si el Ministerio ha dado su brazo a torcer y un giro de 180º en su postura, es por el frente común, por el clamor unánime de la sociedad malagueña y gaditana para pedir el tren de la Costa del Sol, así como soluciones y mejoras inmediatas para nuestra movilidad.

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Ahí están las casi 30.000 firmas recabadas en poco tiempo, un hito también histórico, por el Manifiesto a favor del tren litoral que ha puesto en marcha el diario Sur, cuya hemeroteca recoge cientos, si no miles, de páginas con las necesidades y problemas de movilidad, con los proyectos pendientes y con las diferentes promesas y anuncios que se han ido haciendo para llevar el tren a Marbella, a Estepona, a Algeciras y a la Axarquía, durante las últimas décadas. Entiendo por ello que muchos malagueños desconfíen, ahora que se intuyen en el horizonte nuevas elecciones, del cambio de postura del Gobierno y de su compromiso para estudiar el tren. Son demasiados años acumulando frustraciones y promesas incumplidas. Y cuesta mucho trabajo confiar en estos repentinos 'cambios de opinión', cuando hasta hace bien poco el secretario provincial del PSOE, Daniel Pérez, restaba importancia y viabilidad al proyecto; cuando el diputado malagueño y portavoz de Infraestructuras del PSOE en el Congreso, Ignacio López, decía en este diario que «no es el momento de Málaga», o cuando el subdelegado o el ministro Óscar Puente son esclavos de sus palabras y desplantes, que prefiero no reproducir.

Aún tenemos reciente la negativa del PSOE a firmar el manifiesto de la Alianza por Málaga, esa ronda de reuniones que emprendió el PP el pasado otoño para reclamar el fin del abandono inversor del Gobierno y un compromiso con el tren litoral, actuaciones en autovías, la bonificación de la autopista y las obras hidráulicas estatales pendientes, estas últimas todas paradas mientras la Junta ha movilizado 400 millones de inversión frente a la sequía y actúa junto a la Diputación, mancomunidades y ayuntamientos. Tanto Sumar, como todos los sindicatos, la CEM y los principales colectivos y colegios profesionales se sumaron a nuestra reivindicación, y quiero agradecérselo públicamente.

Por eso la reunión del miércoles y el cambio de postura del Gobierno y del PSOE constituyen una gran noticia. Aunque tarde, bienvenidos al reconocimiento del principal problema, junto con la escasez de agua, al que se enfrenta esta provincia.

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El colapso del tráfico y la movilidad en la Costa del Sol, en sentido amplio entre Nerja y el Campo de Gibraltar, requiere soluciones urgentes e inmediatas. Aunque celebro que el Gobierno al fin decida estudiar (aunque estudios hay muchos acumulados durante los dos siglos que se lleva hablando del proyecto) el tren entre Nerja y Algeciras, y espero que lo incluya en su planificación estratégica (los agravios a Andalucía de ese plan merecerían otra tribuna), no podemos limitarnos a esperar una obra que, con suerte, tardará más de una década. Y que en el futuro debe planificarse hasta la costa granadina y la conexión con Almería, como preveía el anterior Plan de Infraestructuras 2012-2024.

El tren es irrenunciable, pero también suspender o bonificar de forma urgente, hoy ya vamos tarde, el peaje de la autopista, convertida en un artículo de lujo, excluyente, con el peaje más caro de España, que discrimina a los trabajadores y colectivos que lo usan habitualmente y los empuja a la A7, cuya saturación multiplica siniestralidad y atascos. No es admisible que trabajadores, sanitarios, estudiantes y transportistas tengan que abonar más de 300 euros al mes o resignarse al peligroso colapso de la A7. Y que encima en temporada alta se aumente considerablemente su precio. Para colmo, en territorios como en Galicia o Alicante, el Gobierno de Pedro Sánchez ha bonificado o suprimido el peaje. Hay que actuar en el Cercanías actual, el más rentable de España, ampliando su capacidad, sus horarios y sus estaciones, como se ha hecho en otras zonas.

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Hay que reformar y ampliar en la mayoría de los municipios los accesos de la A7 y la AP7 porque se han quedado pequeños y contribuyen a la congestión.Y el Ministerio debe acometer ya el acceso Norte al aeropuerto, el tercer carril entre El Palo, Rincón de la Victoria y Vélez-Málaga, y poner en marcha los estudios para la segunda ronda oriental.

Soy consciente de que son muchos deberes, pero no es culpa de los malagueños que el Gobierno de Sánchez lleve más de seis años sin invertir en infraestructuras en nuestra provincia, la que más crece de España. Seremos leales pero exigentes, propositivos pero vigilantes para que no se dilaten los plazos y se produzca la clásica parálisis por el análisis. No podemos dejar que otra vez se nos escape el tren del futuro. Unidos lo vamos a conseguir.

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