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Presiones a Díaz

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Martes, 25 de septiembre 2018, 08:01

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La candidata de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, dice de Susana Díaz que tiene una «especial querencia» para que se hable «permanentemente» de sus «intenciones ocultas». Se refiere con esta expresión a la fecha de las elecciones andaluzas, pero olvida la dirigente de Podemos que es la oposición la que más trae y lleva desde hace un año el runrún que enciende el foco permanentemente sobre la presidenta. La fecha en realidad es lo de menos. Ya se está en tiempo de descuento para la cita con las urnas y todos, como la misma Teresa Rodríguez, en caravana de campaña. No digamos la presidenta, que hoy tiene cuatro inauguraciones en su agenda. Cuatro, sí. Desde las 9.30 a las 20.00 horas. Un sin parar antes de dar al botón electoral.

Pese a estas evidencias, crece la presión sobre la presidenta para que de una vez por todas despeje la incertidumbre de si serán «tres meses antes o después», según sus propias palabras. Hasta el prudente Javier González de Lara, presidente de la patronal andaluza, le pidió ayer que desvele sus «intenciones» con cierta rotundidad, lo que puede tomarse como un vaticinio de que falta poco para el anuncio.

Además de la agenda de la presidenta, la evidencia de que habrá comicios tres meses antes hay que buscarla en Madrid y Barcelona. La volatilidad de la política nacional es lo que marca la ocultación de las intenciones de Susana Díaz. Siempre tuvo buen olfato para calibrar el clima político y de ahí su empeño en que las elecciones andaluzas se celebren separadas de las nacionales. Y es que las de Susana Díaz en realidad son presiones 'light'. Las de verdad las sufre Pedro Sánchez para un adelanto de las nacionales, como demostró ayer el revés de la Mesa del Congreso orquestado por PP y Cs para bloquear que prospere el Presupuesto. Un adelanto que se apunta a marzo, cuando tocan las andaluzas, si el presidente logra aguantar la presión.

Una de las razones por las que la presidenta andaluza quiere unas autonómicas en solitario es para que la campaña no se contamine de la tensión nacional sobre Cataluña y la gestión de Pedro Sánchez del conflicto con mano tendida a los independentistas. Esto va a ser difícil si como ya han anunciado PP y Cs, sus líderes nacionales, Pablo Casado y Albert Rivera, van a estar un día sí y otro también en Andalucía haciendo campaña. Ambos compiten en liderar la iniciativa contra los independentistas y Andalucía, con clara querencia españolista incluso en la izquierda, es un terreno abonado. Las andaluzas, quiera Díaz o no, será campo de ensayo de las nacionales. Como lo fueron en 2015 con la entrada de los partidos entonces nuevos, Podemos y Cs. Susana Díaz acertó con el adelanto entonces.

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