Borrar

Y el premio es para...

Cita en el Sur ·

A un empresario de 80 años le ha salido una hija de 39

Pablo Aranda

Málaga

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Sábado, 5 de mayo 2018, 10:09

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Un empresario de Huelva tiene ochenta años, seis millones de euros y dos hijos. La situación no parece del todo mala, sobre todo para los dos hijos. Ahora los dos hijos han tenido una hermana de treinta y nueve años, por lo que recibirán de herencia dos millones cada uno, en vez de tres, que tampoco está mal, sobre todo para la hermana, que es hija del empresario, aunque el empresario no la reconociera en su día. El empresario accedió a someterse a la prueba de ADN y ha dado positivo. Algunos países aceptan la doble nacionalidad, ¿se puede tener doble paternidad? A ver, yo no quiero dejar de ser hijo de mi padre, pero me gustaría que me saliera otro más, millonario. Los domingos lo llevaría a comer y a la hora de pagar me haría el tonto, como él se lo hizo durante tanto tiempo conmigo. Entendería que no me hubiese reconocido, porque he cambiado mucho. Pero eso ahora, así, de repente, cuando yo soy grande como era mi padre cuando tuvo una relación con mi madre pero luego dijo ah, lo siento. Lo malo es llegar a los treinta y nueve sabiendo que tu padre no te reconoce porque ni te mira. El empresario de ochenta años fue joven y tuvo su corazoncito, y también otro órgano. Mantuvo una relación con una empleada. Imagino el día del padre, la niña haciendo un cenicero de arcilla para su madre, que a lo mejor ni fumaba. El día del padre se celebra en el día de San José, que no fue padre, aunque se ocupó del hijo que no era suyo, todo un hombre.

Si andas muy rápido por Huelva, en modo Rajoy, te sales y te plantas en Portugal, donde los donantes de semen y óvulos dejarán de ser anónimos. Las clínicas prevén una estampida de donantes a España, pues los padres biológicos desean permanecer al margen, como el empresario de ochenta años, que fue algo más que un donante. El intercambio de fluidos no es algo inocuo y puede salpicar (qué imagen más desafortunada). Todo vale siempre que nos riamos todos. Y todas. Si sólo se ríe uno la risa también salpica. A veces la situación se enmienda y la mujer de treinta y nueve dándole vueltas a que va a cumplir cuarenta, esa atalaya, toda la vida por delante pero ya este peso detrás, recibe dos millones. Un premio. Como el premio sueco. No le darán el Nobel de Literatura a mi admirada Joyce Carol Oates ni a mi admirado Philip Roth ni a mi admirado Mircea Cartarescu. El premio de Literatura se lo lleva el feminismo, que por fin avanza imparable. En otra época cercanísima un caso de abusos sexuales en la Academia Sueca no habría ocasionado este premio sin premio. Pero si no nos reímos todos, no vale. Lo siento por Oates, que va a cumplir ochenta, como nuestro empresario, por Roth, que tiene ochenta y cinco. Cartarescu es un chaval, con sus sesenta y uno. El empresario desaprovechó los sesenta y uno para reconocer a su hija, la gran premiada. Los tres no premiados están en la Feria del Libro, otro premio.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios