Populismo fiscal andaluz
El populismo es el impuesto a la inteligencia. La promesa de hoy como hipoteca del mañana. La vaciedad jugando con la arbitrariedad. Andalucía en su ... otoño preelectoral.
Esta semana Juanma Moreno ha anunciado la séptima rebaja fiscal que va a emprender su gobierno. Por tierra, mar y aire ha anunciado que los andaluces nos ahorraremos cincuenta y cinco millones de euros el próximo año. Su propuesta estrella es que los presupuestos autonómicos para 2026 contemplarán deducciones fiscales de hasta el treinta por ciento de los gastos veterinarios durante tres años. La medida tiene un límite de hasta cien euros el primer año para las familias que adquieran una mascota. No es un chiste del comandante Lara en el show de Bertín. Es el tipo de rebaja fiscal populista de cupón descuento en la tienda de mascotas. La muestra más fehaciente de que tras las navidades el presidente andaluz convocará elecciones autonómicas. No va a esperar a nadie porque sabe de la debilidad extrema de su contrincante política, la «walking dead» María Jesús Montero. El líder andaluz ha comprobado este fin de semana en Málaga en el San Diego Comic, que el personal está más por la ficción que por la realidad, que está dispuesto más a lo friki que al rigor fiscal. A los andaluces no le importa hacer cola y pasar penalidades incluso pagando una entrada costosa. Con los bares y los campos de fútbol llenos, los delegados provinciales de la Junta le han hecho llegar a cada uno de sus consejeros jefes un listado de actividades e instalaciones a inaugurar antes de que nos comamos el turrón. A toda esa estrategia, se le suma el mayor concierto con la sanidad privada de la historia andaluza, en números absolutos, con el objetivo de maquillar las listas de espera que son el talón de Aquiles del Ejecutivo andaluz. La oposición ha picado el anzuelo, como Feijóo con Gaza, y los socialistas dicen que la chorrada de las mascotas beneficiará a «los ricos» y los supremacistas catalanes han vomitado que los andaluces les robamos. Ese es el nivel.
Los liberales andaluces nos sentimos abochornados con este populismo fiscal andaluz. No queremos que nos tomen el pelo con un impuesto a nuestra inteligencia que nos negamos a pagar. Porque el verdadero lastre no son solo los tipos impositivos fiscales, sino el diseño disparatado del IRPF que nos asfixia, un mosaico de parches donde la seriedad fiscal ha sido sacrificada en el altar del oportunismo. Unos ponen remiendos hacia arriba, para recaudar a escondidas; otros, como ahora, los ponen hacia abajo, para colgarse medallas efímeras.
Frente al populismo, más libertad. No queremos pagar con votos la deuda del mañana.
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