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Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y mal estará de la vista el que no vea la falta de médicos que hay en estos momentos en España en general y en Andalucía en particular. El problema estriba en que las plazas de MIR (médicos internos residentes) que se convocan al año son inferiores a la demanda existente. Dicho de un modo coloquial, son más los que salen (jubilaciones) que los que entran, un hecho que desequilibra la balanza y pone contra las cuerdas a hospitales y centros de atención primaria cuando quieren contratar a profesionales de la medicina. En realidad, médicos hay, pero no tienen el MIR y, por ende, no disponen de una especialidad que les permita reemplazar a los facultativos que se retiran. Valga como referencia que en la convocatorio MIR celebrada el pasado mes de febrero se inscribieron 15.477 médicos para competir por 6.797 puestos, lo que supuso que 8.680 licenciados o graduados en Medicina se quedaron sin acceso a una especialidad. Ese dato demuestra que médicos hay y confirma que la oferta del MIR da la espalda a las necesidades sanitarias actuales. El Ministerio de Sanidad tiene que tomar cartas en el asunto y, sin dilaciones ni titubeos, debe incrementar las plazas MIR antes de que sea irreversible. Si no lo hace, si se empeña en seguir con los ojos cerrados, la situación empeorará y los centros sanitarios, tanto públicos como privados, se verán entre la espada y la pared. Aquí no valen medias tintas.

«Los médicos no crecen como setas», dijo hace unos días el delegado provincial de Salud y Familia, Carlos Bautista, que reconoció que si el SAS no hace más contratos de sustituciones es porque no encuentra facultativos disponibles. De hecho, se está recurriendo a médicos sin el MIR para que trabajen en centros de salud y en urgencias este verano. Dar con pediatras, anestesiólogos o médicos de familia libres es tarea casi imposible. Y lo mismo ocurre con otras especialidades. Algo habrá que hacer antes de que ya no se pueda hacer nada y los pacientes no tengan quien los atienda. Si ya hay demoras, listas de espera y mil y un problemas en la sanidad pública, la que se avecina es chica como las plantillas de los galenos continúen perdiendo efectivos sin que los relevos se produzcan. La solución, además de mejorar las ofertas laborales para que regresen a Andalucía profesionales que se fueron al extranjero en busca de un futuro mejor, pasa por el aumento de las plazas MIR. Y cuanto antes, mejor. Para luego es tarde.

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