La pesadilla que se muerde la cola

La lengua del Festival de Málaga de Cine en Español se retira ya después de nueve días frenéticos. En la apuesta de Málaga por la cultura resulta clave el Festival, que unido a la oferta de museos está contribuyendo a que Málaga no se vea sólo como un destino turístico de sol, playa y palmeras. La industria del cine es eso, una industria, que mueve dinero y crea puestos de trabajo, además de aumentar el patrimonio artístico. En los últimos años en los premios más importantes del cine español, los Goya, las películas premiadas en Málaga han jugado un papel protagonista. Que seamos una de las pocas capitales con un multicines en pleno centro, el Albéniz, donde sólo se proyectan películas en versión original, es otra referencia. Vamos bien pero quedan cabos sueltos. El teatro dará un paso adelante con la aportación de Antonio Banderas en el antiguo Alameda. En el terreno musical no vamos tan bien y en el literario ya nos ponía al día Antonio Soler el domingo pasado en esta página. No se trata de repartir subvenciones igual que se reparten, o se conceden, en muchos otros campos, sino de apoyar a una industria. Qué bien se saben todo esto en Francia. Dentro de una semana empieza en la plaza de la Merced la Feria del Libro, que va recuperando presencia poco a poco, demasiado poco a poco. Ana Barreales comentaba ayer, a partir de los recién aprobados presupuestos de Málaga, que se destinan 5,7 euros por habitante para feria y 4,3 para bibliotecas. Datos curiosos que se pueden justificar, pero que resultan significativos. Ser cultos no es gratis. Pero es que también genera dinero serlo, incluso el proceso para llegar a serlo. Es una pescadilla que se muerde la cola. Pero de pescadilla a pesadilla sólo hay una letra de diferencia.