Borrar

Nada es lo que parecía, de momento

IMANOL VILLA

Viernes, 22 de marzo 2019, 00:06

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

No hace tanto que muchos pensaban que el fin del mundo estaba cerca. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y la victoria del 'Brexit' hicieron temer un cataclismo. El fin de la Historia, sin ir más lejos. Nunca los agoreros habían gozado de tanta rentabilidad. Más aún cuando con el paso de los meses, las profecías del cenizo se cumplían de manera exquisita, con una puntualidad casi británica. Europa asistió, perpleja, a una gran ola proveniente de la derecha más extrema que amenazaba, y amenaza, con desempolvar ideas malévolas que muchos creían muertas y enterradas. Como si de zombies se tratara, los viejos discursos del nacionalismo europeo se han filtrado poco a poco entre las conciencias de una mayoría silenciosa para, desde ahí, cuestionar un proyecto que ya se creía más que consolidado. Por si esto fuera poco, en España, donde nos vanagloriábamos de contar con un espectro político renovado, sin extrema derecha aunque sí con populismos, hete aquí que, de la noche a la mañana, surgió Vox para poner las cosas en su sitio. De nuevo los más cenizos ganaron la apuesta. Y eso que no hemos mentado la cuestión catalana.

Pero el tiempo pasa y el fin del mundo no parece llegar. Nos hemos acostumbrado a todo. Podemos vivir con la vergüenza ajena que nos provoca Trump sin riesgo a perecer por ello. Hasta nos felicitamos porque él sea el primero en reunirse con otro de los caciques de este mundo, Kim Jong Un. Tampoco el 'Brexit' parece que sea para tanto. De momento al menos. En este caso el miedo se ha transformado en perplejidad pues contemplamos con asombro cómo la cuna del parlamentarismo se ha convertido en un nido de descarados que creen que salirse de la Unión Europea es como pedir la baja de un club social para no tener que entrar en él con corbata cada vez que se quiera disfrutar de sus instalaciones. ¡Qué ironía! Los británicos, siempre tan elegantes ellos, abominan en verdad de la corbata pero no de los servicios tan fantásticos que reciben del club europeo. Y en cuanto al miedo que provoca la diestra más extrema, todo parece indicar que, de momento, la sensatez no ha perdido la posición. Definitivamente, el fin del mundo aún está lejos

Y es que tampoco España dejará de ser una. Todo se quedará en su sitio, Cataluña incluida. Bueno, quizás algo se mueva allá por el Valle de los Caídos. No sería ésta una mala noticia. En cuanto a ese miedo a Vox... No son lo que dicen ser, caballeros españoles de mangas remangadas y dispuestos a trabajar por la patria. Dinero iraní, militares retirados... En fin, demasiado maquillaje vintage para quienes dicen tener un proyecto para la España de los españoles de bien.

En definitiva y por fortuna, nada es lo que parecía ser. Menos mal. Que así sea por el bien de todos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios