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La rotonda

Que lo paguen, por favor

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Sábado, 28 de octubre 2017, 09:37

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La Historia de España recordará estas semanas de octubre y en concreto este día 27, con dolor, rabia, indignación y vergüenza. Lo que hemos vivido en el Parlament era algo anunciado, pero no por ello menos duro de digerir. Ver cómo un grupo de fanáticos se erigía en la voz y el voto de millones de personas sin encomendarse ni a dios ni al diablo, con un narcisismo que bordea extremos enfermizos, y sobre todo con ningún mandamiento democrático, ha dejado estupefacta a Europa, asombrada de que esto pueda pasar hoy, en el siglo XXI. El nuevo país, que no existe ni es posible, la nueva república, que ni es ni existe, es la de Puigdemont, Junqueras, Pujol (con toda la saga, rica hasta los tuétanos), Mas, Trapero, Forcadell y compañía, pero no han estado solos, sino que ahí han contado con los Pablo Iglesias, Garzones y Rufianes, que definitivamente han enseñado la patita... ¡Miren, ya se han quitado la careta! Podemos (con los restos de IU) ha encontrado en estos separatistas la simiente para destruir el sistema por dentro. Ellos no quieren suprimir la casta, ni son la nueva política, quieren hundir al país, destrozarlo, fanatizarlo y llevarlo a los extremos para gozo de todos ellos. Podemos-IU hoy, como alguien decía muy bien en estas mismas páginas, es esa coalición que se permite el lujo de echar a Pedro Moreno Brenes y quedarse con Alberto Garzón. Esa es la enorme diferencia entre ser o no ser que diría Shakespeare, porque¡ vamos dados con esta tropa! En este grupo de aniquiladores del Estado, a los que la democracia le ha dado en España lo que en ningún otro país del mundo se hubiera consentido, unos y otros se han hecho favores interesados, porque ya me dirá alguien si la ideología de Mas puede votar lo mismo que Echenique, por citar dos nombres propios al azar, que hay muchos más.

Sea como fuere, la desazón ha recorrido las venas de la gente de buena voluntad que ha asistido a este esperpento increíble, incluida una Primera Cadena de TVE (de La Sexta no vamos a hablar, porque Jaime Roures es uno de los que han montado el circo con el beneplácito de demasiados) que repitió hasta la saciedad el «momento histórico que estamos viviendo» en una retransmisión digna de un partido de fútbol, cuando la mayoría de los españoles lo que deseábamos escuchar era un «este triste momento histórico», que no es parecido ni por el forro. Y después sale el Barcelona FC y felicita a Puigdemont. Y uno entonces mira a los zagales que admiran a Messi. Pero también a quienes aplaudieron las tiendas de campaña de mitad de las plazas españolas de las que salieron Iglesias, Echenique, Garzón y Rufián... Nadie esperaba que la burguesía más capitalista y conservadora catalana se iba a aprovechar de ellos y viceversa. Ahora se erigirán en mártires. Al tiempo. Vergüenza siento de quienes han manchado la historia de España e intentan destrozar la democracia de un país que comenzaba a emerger de nuevo. La mayoría de los españoles sólo quiere que se haga justicia. Se han saltado todas las leyes. Se han pasado. Que lo paguen, por favor.

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