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Los padres trabajadores

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Jueves, 1 de enero 1970

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A ver quién es el guapo que explica a los miembros del Tribunal Constitucional que una vez pasados los primeros meses de vida de un bebé, cuando la madre ya se ha recuperado del parto, los padres pueden encargarse exactamente igual de bien de la crianza. Y que no darles un permiso equivalente supone una discriminación. La magistrada malagueña María Luisa Balaguer, que ha emitido un voto particular contrario al fallo del tribunal, habrá intentado que sus compañeros entiendan esto, pero parece que no ha tenido mucho éxito. Dice Balaguer que la decisión del TC ignora la evolución de la sociedad y perpetúa la discriminación laboral de las mujeres, ya que con permisos distintos se desincentiva su contratación. Se ve que hay tradiciones que todavía pesan mucho.

Yo so y muy fan de la expresión 'padre trabajador' y nunca he entendido por qué esos dos conceptos no se mezclan en el lenguaje diario, como pasa con el de madre trabajadora. Este segundo es como resumir en dos palabras que la conciliación es una cosa de mujeres, que pueden trabajar fuera de casa, pero que cuidar la familia es cosa suya sí o sí.

Es verdad que lo razonable y lo coherente sería que fuese el Gobierno quien tomara la decisión de equiparar los permisos de ambos. En unos pocos años se ha avanzado de los apenas tres días que tenían los padres hasta las 5 semanas actuales. Sin embargo, el Constitucional ha dejado pasar una oportunidad de oro para darle un tirón de orejas al Gobierno y que acelere ese camino de una vez por todas. La discriminación no sólo se produce por el hecho de que las mujeres frenen su carrera profesional por la maternidad más allá de lo que es el parto, sino porque compartir la crianza es también un deber y un derecho de los padres. Y es, desde luego, la única fórmula para que cuando las empresas tienen que elegir entre contratar a un hombre o a una mujer en edad de tener hijos se queden con el primero .

El permiso del padre debería ser lo natural una vez pasado el de la madre para que se refuerce el vínculo con su hijo, para que ellos puedan disfrutar de su paternidad y, como dice una amiga mía muy castiza, para que apenquen un poquito con la criatura ellos solos, que es cuando te tienes que apañar y cuando se aprende de verdad.

Y, encima, todo ello lo hace el TC supuestamente para proteger la salud de las madres. Pues tranquilos, que para recuperarse de un parto normal no hace falta estar años de baja. Y como los niños no vienen con libro de instrucciones lo mejor para aprender a ser padre es practicar.

No están finos que digamos los altos tribunales españoles en los últimos días. Después de la incertidumbre de las hipotecas ahora un jarro de agua fría para las aspiraciones de conciliación en igualdad. Y que los niños puedan decir que de mayores: Yo tengo un padre que me ha querido (criar).

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