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ROBERTO LÓPEZ
Jueves, 26 de diciembre 2024, 01:00
Hay una canción tropical, alegre y ácida de Talking Heads, producida por Brian Eno, que se titula 'Once in a Lifetime'. Es de 1980 y ... seguro que te suena. En ella, David Byrne, que canta como un loco o un borracho, viene a decir que una vez en la vida debes preguntarte por cómo llegaste aquí. Algo así como por qué tengo esta casa, esta mujer, este coche... Al menos, una vez en la vida.
Nacho Vegas, por cuyas venas corre la sangre de la España del siglo XXI, empezó la mítica 'El Hombre Que Casi Conoció a Michi Panero' con un verso inmaculado, límpido, dorado: «Es hora de recapitular/ Las hostias que me ha dado el mundo». Estoy en un coche por la A-4, dirección Madrid. Suena RNE. En La Mancha se pierden todas las emisoras, igual que pasaba en los 80. Desaparecen y solo nos queda RNE. No hemos cambiado nada, pienso.
Pienso en lo grande que es España. Ancha como el pecho de un varón. Pienso en las gasolineras de España y en su olor a gasolina azul y amarilla, y cómo el petricor pienso que es un olor que me gusta. Pienso en los talleres, en los bares y en las tiendas de caza. Señores anchos con chalecos verdes, que toman café y coñac y hablan alto de sus mujeres y de Pedro Sánchez. Pienso en la niebla, en el horizonte rayado, en el cielo de España. Y bajo el cielo, tierra, vides y escarcha. Estoy en paz con todo. El IVA trimestral, la educación de mis hijas, la profesionalidad del día a día. Me peino milimétricamente. Soy huérfano. Soy obediente. Leo a Oliver Clark y a Juan Manuel de Prada. Intento ser un buen amante, un buen amigo, un buen amado. Cada vez bebo menos, cada vez fumo menos. En navidades, me regalan cestas de navidad y, a veces, jamones. La tele aún tiene su prestigio.
Leo una entrevista con Mariona Visa, escritora: «El destino de nuestras abuelas era casarse, tener hijos y cuidar de la familia». Pienso en mi destino, en el de todos vosotros. Pienso en el destino de España: tierra y escarcha. Pienso que no hemos cambiado tanto. Que esta siniestra alineación, terriblemente bella, continuará cuando hayamos muerto. Pienso que quizás haya llegado el día de preguntarme por qué tengo esta casa, esta mujer, este coche. Cómo, coño, he llegado hasta aquí.
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