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JUAN A. CAMIÑASEXDIRECTOR DEL CENTRO OCEANOGRÁFICO DE MÁLAGA DEL IEO. ACADÉMICO DE LA ACADEMIA MALAGUEÑA DE CIENCIAS
Lunes, 5 de mayo 2025, 02:00
Desde hace unos meses el Centro Oceanográfico de Málaga está de nuevo en la ciudad. Se sitúa en el Muelle de San Andrés, en la ... ampliación del puerto a levante del Guadalmedina. El edificio de tres plantas más baja se sitúa junto al nuevo edificio de la Guardia Civil, al lado de la nueva Lonja Pesquera, frente al edificio de servicios municipales y en uno de los espigones que se trasformarán en el nuevo deportivo de la ciudad. Un lugar adecuado, pero además, desde su terraza y mirando a levante, se puede ver el antiguo edificio del Paseo de la Farola que albergó, desde los años treinta hasta 1983, el Laboratorio Oceanográfico, Acuario y Museo y Centro Internacional para el Estudio del Mar, lugar que muchos conocieron como el Acuario. Espero que los científicos del nuevo miren de vez en cuando el antiguo y recuerden su historia.
Tras colocarse la primera piedra del que se llegaría a llamar Palacio del Mar en el Paseo de la Farola en 1929, ese edificio, hoy sede militar, se construyó el que estaba llamado a ser sede internacional de la oceanografía española, un centro de investigación puntero en Europa que celebró numerosas reuniones internacionales de la mano del sabio profesor Dr. Odón de Buen. La Guerra Civil y algunos errores administrativos sin vuelta atrás en los años cuarenta llevaron a que ese edificio pasara a ser propiedad de la Armada. El propio Ministerio de Marina había dicho en mayo de 1940 que el Laboratorio Oceanográfico ocupaba ese edificio en cumplimiento del fin para el que fue erigido y que se consideraba indispensable que continuara ocupando el inmueble por diversas razones de compromisos internacionales de España y porque debía cumplir las funciones que habían llevado a su construcción. Pero nada fue como estaba previsto y se procedió a la expulsión en 1983 del cuerpo de científicos y personal auxiliar, que tuvo que refugiarse en un nuevo edificio construido en el puerto pesquero de Fuengirola.
Tras más de cuarenta años y por la necesidad de seguir creciendo en capacidades humanas, de laboratorios y de espacio para el material y las reuniones que celebran, nacionales e internacionales, y de contar en su proximidad con un puerto al que puedan arribar los modernos barcos de investigación, tanto españoles como de otros países, se abre un nuevo periodo con la presencia de ese prestigioso centro de investigación marina en la ciudad que lo vio nacer allá por el año 1911. Tras la guerra y cuando ya el profesor De Buen expiraba en el exilio mexicano, se leyó que el centro estaba en Málaga gracias a los correligionarios que apoyaron la idea de Odón, cuando en realidad Málaga era el puerto ideal para realizar los estudios oceanográficos internacionales a los que España se había comprometido, junto a otras naciones europeas, para conocer mejor el Estrecho de Gibraltar y los procesos oceanográficos que ahí se producen, con intercambios continuos entre el mar Mediterráneo y el oceano Atlántico.
Fueron muchos y hoy lo son aún más, los importantes biólogos, físicos, químicos, ambientalistas y otras profesiones incluidas en las ciencias de los océanos, que han dado prestigio y renombre a la investigación marina y a Málaga como sede historica de esas investigaciones que permiten, no solo la gestión de los océanos y de sus recursos y mejorar nuestro conocimiento de lo que ocurre en el continente helado, sino tambien valorar los servicios ecosistémicos de los que nos proveen mares y océanos; evaluar la absorción y el almacenamiento del CO2 de origen antrópico en los fondos marinos, conocer el papel regulador del clima y los efectos del cambio climático en mares y tierras, entre otras muchas líneas de investigación que apoyan la conservación de las especies y los ecosistemas marinos.
Pero las cosas no ocurren solas, hay protagonistas que las promueven, realizan y las sostienen, y ahí hay que incluir a los directores del centro oceanográfico en los últimos años y reconocer su capacidad de convencimiento en Madrid y los ministerios para avanzar en el proyecto de nuevo centro; no olvido a quienes apoyaron inicialmente en los planes municipales de la ciudad y en el proyecto de crecimiento del puerto de Málaga, la cesión de un terreno para el nuevo centro oceanográfico, Francisco de la Torre y Enrique Linde; ni la petición de la directora del IEO en 2004, Concepción Soto, que se ocupó de solicitar la cesión del terreno para la construcción del nuevo edificio en el puerto de Málaga. Y agradecer su trabajo a cuantos han continuado apoyando las decisiones de las tres personas mencionadas en el Ayuntamiento, el Puerto, los Ministerios y el IEO. Hoy Málaga puede sentirse orgullosa de ser un referente europeo en la investigación científica marina gracias a los esfuerzos, el prestigio y la colaboraciones que mantienen desde hace décadas los investigadores del oceanográfico malagueño con países de diferentes continentes. Pero es un centro de investigación tambien de la ciudad que deberá ser valorado por sus ciudadanos, instituciones y demás entidades públicas y privadas, como las que, desde su inauguración, vienen pidiendo visitarlo.
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