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La noticia y el tuitero

La rotonda ·

Ignacio Lillo

Málaga

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Miércoles, 19 de septiembre 2018, 07:46

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Un grupo de inmigrantes subsaharianos se acercan a nado a la playa de La Caleta. Llevan chalecos salvavidas y hay muchos policías esperándolos en la arena. Una moto acuática les ayuda en el agua. Este es el mensaje original que nos llegó a la redacción de SUR el sábado por la mañana. Estaba de guardia, así que me tocó. El testigo, benditos testigos, sin los que no podríamos hacer buena parte de nuestro trabajo, además nos envió un par de vídeos grabados con el móvil. En ellos se podía ver a varias personas en el agua, en un día lluvioso, que precisamente no invitaba a bañarse; varios agentes en la orilla y la citada embarcación.

Todo parecía encajar. La inmediatez de las noticias en Internet nos pedía contarlo cuanto antes. Teníamos varios de los ingredientes necesarios: un testimonio que parecía veraz; y un vídeo que coincidía con el discurso. Pero faltaba lo más importante: el contraste. A pesar del sábado, no debía ser muy difícil: el tema de la inmigración es muy potente y hay mucha gente implicada, y además la policía había estado. Así que tocaba tirar de teléfono para amarrar bien la historia. Empecé por Emergencias 112, porque normalmente les llega casi todo lo que pasa y tienen un potente gabinete de prensa.

Y llegó el primer chasco: allí no sabían nada del tema. Bueno, a veces pasa, bien porque aún no les ha llegado o porque no ha intervenido. Así que llamamos a Cruz Roja, que siempre está en primera línea para auxiliar a los llegan en pateras. En este caso, no hubo forma de contactar con un portavoz. Segundo golpe contra el muro. Detrás vino Salvamento Marítimo, que no tenía constancia de desembarcos en la capital malagueña. En la Policía Nacional se comprometieron a averiguarlo; y lo mismo hizo Mario Cortés, concejal de Seguridad del Ayuntamiento. También involucré en la búsqueda de la verdad a Juan Cano, que no es sólo mi compañero y amigo, sino el mejor periodista de sucesos en Málaga y Andalucía, además de un top a nivel nacional.

Al poco empezaron a llegar los resultados de las pesquisas. La primera pista de que algo no cuadraba me la dio una portavoz del cuerpo Nacional de policía. Enseguida también confirmaron la versión real Cano y Cortés. ¿Y qué fue lo que ocurrió? Se preguntarán ustedes. Pues la realidad es que no había inmigrantes tratando de llegar a Málaga a nado en medio de una Dana, sino un enfermo mental que se había intentado quitar la vida metiéndose mar adentro.

Ahora, díganme qué habría hecho en el mismo caso el tuitero de turno y el adicto a cualquier otra red social, aparte de tirarse a la piscina sin agua y generar más ruido de 'fake news'. La verdad es siempre la misma, aunque no nos guste tanto como un bonito bulo.

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