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La Tribuna

Navidades para incrédulos

La democracia y las libertades políticas le han sentado regular a la fe institucional y muy bien a la religión

Federico Soriguer

Médico. Miembro de la Academia Malagueña de Ciencias

Lunes, 23 de diciembre 2024, 01:00

José María Gironella publicó en 1969 y en 1994 dos libros con título parecido ('100 españoles y Dios') con los que llegaba a la conclusión ... de que la democracia le había sentado muy mal a Dios. Esta sería también hoy la conclusión de hacer caso a los resultados de las encuestas que el CIS lleva haciendo desde hace más de 40 años sobre la confesionalidad de los españoles. Ya muchos sociólogos de la religión del siglo pasado anunciaron que las religiones no lograrían sobrevivir al siglo XX. Y se equivocaron. De hecho, en los años setenta del pasado siglo los mismos sociólogos comenzaron a descubrir lo que algunos llamaron 'la sorpresa de lo divino'. Porque lo que ha disminuido es la religiosidad institucionalizada, pero ha aumentado la religiosidad de quienes buscan otras formas de religación y de espiritualidad. Lo anunció ya Hannah Arendt ('La vida del espíritu'): «Ciertamente no es que Dios haya muerto, pues sabemos tan poco sobre ello como sobre su existencia, pero sucede sin duda que el modo como se ha pensado a Dios durante siglos no convence ya a nadie: si algo ha muerto es la forma tradicional de pensarlo».

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