Naufragio de impotencia

La ruta migratoria de África a Canarias volvió ayer a mostrarse trágica cuando un cayuco que había arribado al puerto de La Restinga en El ... Hierro se volcó mientras sus ocupantes trataban de acceder a una embarcación de Salvamento Marítimo amarrado al muelle. De nuevo el cansancio acumulado durante una travesía al límite se llevó la vida de personas que creían con razón haber llegado a su destino, en medio del desconcierto que supuso un naufragio que parecía tan evitable. Una embarcación frágil e inestable abarrotada con más de 150 navegantes a la fuerza fue capaz de superar lo peor del Atlántico para acabar zozobrando en el momento de su atraque final. 2024 fue el año que más muertes causó en esa ruta, una media de treinta al día. Ayer no fue la primera vez que la tragedia pudo verse desde tierra. Pero nunca con la estremecedora claridad con la que en La Restinga se palpó la impotencia como el más doloroso de los absurdos. Al menos siete personas perecieron ahogadas, debajo del casco del cayuco o mientras eran trasladadas a un hospital. También menores de edad que ya no podrán siquiera esperar a que las autoridades españolas se pongan de acuerdo para acogerlos como es debido.