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El mundo al revés

Viernes, 24 de enero 2025, 01:00

Observo en la pantalla del televisor la toma de posesión de Donald Trump en los mismos salones del Capitolio que sus huestes de hotentotes y bosquimanos invadieron, como manadas de sans-cullotes el Palacio de Versalles, el seis de enero de 2021. El COVID 19 ... reptaba hacia arriba mientras objetos de valor histórico y simbólico eran destrozados y/o quemados bajo el vituperio generalizado por un perdedor rabioso que se negaba a abandonar la poltrona en el despacho oval que Joe Biden, político anacrónico, reclamaba como suya por la 'nimia' cuestión de que había ganado las elecciones. Huyendo de la quema, los demócratas vencedores se enrocaban en sus mansiones de Filadelfia y se atragantaban con retórica senatorial, pero sin ordenar, 'ipso facto', el enjuiciamiento, expulsión o destierro del mediático Trump, la bestia con mal tinte capilar. Hace unos días escuché con estupor su discurso de 'entronización', una diatriba demoledora contra la administración saliente. Hillary Clinton no pudo ocultar su sonrisa cuando Trump incluyó en su programa cambiar de nombre al Golfo de México que se llamará, desde ahora, Golfo de América. Dicen que acuñó esta frase el general Porfirio Díaz: México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos. Sabía que los políticos yankis tenían problemas a la hora de localizar los países que conforman, en el mapamundi, el resto del mundo, no así los estados que conforman su unión federal, sin embargo, no podía creer que Trump nos alineara con los BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China, Suráfrica) emergentes, cuando, según los datos del FMI ocupamos un puesto oscilante entre las primeras veinte potencias influyentes del orbe. España, otrora gran potencia, permanece, gracias a su patrimonio cultural, a su Historia como Nación europea, y a pesar de sus tendencias centrífugas, como un país prioritario y estable. Pero Trump va más allá y entreteje un alarmante relato geopolítico de una punta a otra del continente americano, y lanza andanadas tierra-aire. Desde el norte, arrebatar Groenlandia «si hiciera falta por la fuerza militar» al nórdico reino de Dinamarca, hasta el sur, «el canal de Panamá debe volver a nuestras manos», olvidando la cesión pactada del canal por parte de Jimmy Carter a Omar Torrijos, la sangrienta invasión del país y detención del dictador Noriega, cara de piña, y otras cuestiones que sonrojan a la platea. En su conjunto, la comunidad internacional debe concebir estas amenazas como las palabras que el emperador Calígula pronunció en el Senado: haré senador a mi caballo. Ningún senador le creyó hasta que la bosta del equino manchó sus inmaculadas togas: el mundo al revés.

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