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El mundo mira a España

JAVIER FERNÁNDEZ ARRIBAS

Miércoles, 11 de octubre 2017, 07:42

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El mundo mira a España de varias maneras: la mayoría que desea que haya acuerdo final con vuelta a la legalidad de los políticos catalanes sediciosos. Y los que disfrutarían con una España, y por ende una Europa, desestabilizada por una Cataluña independizada. Que dé nombres... empezando por los malos: Rusia, Venezuela, Cuba, Corea del Norte o China, entre otros. Y entre la mayoría que reza por una solución pacífica y dialogada, hay que hacer alguna consideración: los que son conscientes de que una amenaza de este calibre puede acarrear la necesidad del uso de cierta fuerza para neutralizarla. Y los que condenarían públicamente el uso de la fuerza si se produjera una situación límite que hiciera inevitable esta decisión, aunque respiraran aliviados en privado porque se evitaría un precedente que podría contagiarse a muchos países, incluido el suyo.

Es muy habitual en las relaciones internacionales que se mantenga una posición pública políticamente correcta y una posición privada donde se valora realmente los resultados y los beneficios, aunque la operación llevada a cabo no sea todo lo limpia que se desea y se producen daños colaterales, como cínicamente los norteamericanos justifican víctimas civiles. Podemos hacer un recorrido por aquellos países europeos que pueden verse contagiados por el virus independentista que pueda surgir de una declaración unilateral de independencia de Cataluña que tuviera la consiguiente y firme respuesta del Gobierno central para restablecer la ley y el Estado de derecho. Los dirigentes de los principales países europeos como Alemania, Francia, Italia, han dejado bien claro que una Cataluña fuera de España estaría también fuera de la Unión Europea. Una de las grandes mentiras de los independentistas es asegurar que una Cataluña independiente seguiría en la Unión Europea.

El éxodo de las empresas, del dinero en los bancos y el encarecimiento de los productos como país tercero son algunas de las primeras consecuencias de una locura personal y partidista que debe zanjarse con los medios adecuados y comenzar a recomponer la fractura social que es lo más preocupante.

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