Borrar

Muera la muerte

Viernes, 10 de enero 2025, 01:00

«Ahora la muerte lo quiere ganar todo: los cuadernos, los muebles de madera, los cobres empañados y la espera, que es una de sus ... formas y su modo de aparecer. Si llega, paso a paso, sorprende en el amor o en el trabajo y apresura el jadeo con su tajo, si adelanta, solícita, su día, y te llama, simula indiferencia. Reconoce su tosca alegoría, en todo lo que cae, en la conciencia que se apaga. Si pasa, desconfía. De nada sirve tu saber: paciencia». Qué lúcido Severo Sarduy. Escribió este soneto poco antes de morir y lo añadió como testigo perenne y delatado, más que como testigo fugaz y disfrazado, a su último poemario que fulguraba, daba igual, en los extremos: fuente de vida, manantial de muerte, ya todo daba igual. «He vivido mucho, demasiado», repetía, como si fuera una estela del médico francés Victor Segalen, o un poema caído del pincel de bambú de Ci-Xí, última emperatriz de China, perversa, cruel, pero mantenedora de las tumbas de una dinastía milenaria que le dio, por este orden, poder y riqueza, razón de su existencia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur Muera la muerte