El avance social más importante de los últimos años ha sido, junto al ecologismo, la toma de conciencia mundial por la igualdad gracias a la ... lucha de mujeres y de hombres, cada uno desde su ámbito, por un mundo más justo. La brecha, como explicaba el pasado domingo el director de este periódico, Manuel Castillo, en su carta semanal, sigue existiendo en muchos ámbitos profesionales y sociales, en el sistema educativo o en las religiones. Esta semana, por ejemplo, la aplicación FreeNow ha publicado las conclusiones del Observatorio de la Mujer Taxista que analiza su situación en un mundo en el que predominan los hombres. Aunque la diferencia salarial es poco perceptible, 7 de cada 10 mujeres taxistas se han sentido discriminadas o acosadas en su trabajo en alguna ocasión. En el resto de profesiones es habitual que las mujeres cobren menos que los hombres, entre otras cosas porque tienen más difícil alcanzar puestos de responsabilidad. La carga familiar sigue pesando más en ellas que en ellos, la conciliación se hace más dura, y se sigue ejerciendo violencia contra la mujer, con agresiones y asesinatos machistas que se producen en nuestro país y en todo el mundo. Justo por esto, porque todavía quedan muchas cosas por hacer, resulta lamentable que el movimiento feminista vaya a celebrar el 8-M con dos convocatorias distintas en, al menos, veinte ciudades españolas. Es la primera vez que se produce tal escisión en la historia del feminismo. Los motivos pasan por la histórica falta de consenso respecto a la abolición de la prostitución, que hace más profunda una herida abierta desde algunos sectores por los derechos de las minorías LGTB+. Esta división producirá una innecesaria guerra de eslóganes. En Madrid, la marcha oficial pedirá 'Derechos para todas, todos los días' y, en paralelo, las asociaciones abolicionistas han convocado otra marcha en la que pedirán, además de la derogación del proyecto de 'ley trans', una legislación específica contra la gestación subrogada y, de paso, la prohibición de la pornografía.
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En Málaga, curiosamente, la manifestación de la Plataforma 8-M, cuya convocatoria empieza a las 19.00 h en la Alameda de Colón, tendrá como eslogan principal 'El feminismo es abolicionista', aunque con toda seguridad se verán pancartas y reivindicaciones de todo tipo. El debate de ideas suele ser positivo cuando se toma con apertura y con inteligencia. El convencimiento de que este movimiento social incluye a personas y colectivos con opiniones diversas sobre temas concretos no debería servir para escenificar una ruptura que para lo único que sirve es para fortalecer al bando contrario, que es el de la desigualdad y el del negacionismo. La exclusión y el sectarismo son contraproducentes. Si el feminismo quiere seguir avanzando, no se puede olvidar de la existencia de un frente común: el machismo, que sigue pegado a nosotros.
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