Fly me to the moon
CALLE ANCHA ·
Se trató un único punto como orden del día: propuesta del alcalde presidente para que se concediese a Borman, Lovell y Anders el 'Sol de Marbella'Cuando en el mes de julio de 1969 la misión espacial Apolo XI logró poner al primer ser humano sobre la superficie lunar, se cumplió ... la «profecía» anunciada por visionarios como Julio Verne ('De la Tierra a la Luna'), H.G. Wells ('Los primeros hombres en la Luna') y Georges Mèliés ('El viaje a la Luna'). Han transcurrido cincuenta años y se han realizado actos de conmemoración pero de manera muy discreta. La ocasión ha resultado propicia para que grupos «negacionistas» hayan tenido momentos de visibilidad. Lo del negacionismo se lleva e incluso hay quienes siguen manteniendo que la Tierra es plana. No es raro que se niegue la llegada a nuestro satélite. Aquel año del alunizaje y posterior paseo lunar, coincidiendo con el día de los Inocentes, en Marbella se dejó circular el rumor, apoyado por medios de comunicación, de que un trozo de roca que había sido traído de la Luna por los astronautas, se exhibía en los salones de la Sociedad Recreativa y Cultural Casino de Marbella. No faltaron ciudadanos que creyeron lo anunciado y se apresuraron para contemplar tan singular mineral. Tiempos en que la tradición de las inocentadas se mantenía. Un año antes, cuando el proyecto Apolo se encontraba en la fase de circunnavegar la órbita lunar, se hablaba frecuentemente de los tres astronautas que eran artífices de la proeza: Frank F. Borman, James Lovell y William Anders. Gozaban de gran popularidad en todo el mundo y también en España. Alcanzar la fama o al menos la popularidad en aquellos años no era tan fácil como ahora, ante la ausencia de redes sociales. Había que recurrir a la prensa, la radio y la televisión. En este contexto tuvo lugar una curiosa convocatoria de pleno en el Ayuntamiento de Marbella. El secretario, a instancias del alcalde Francisco Cantos Gallardo, anunció a los miembros de la corporación la celebración de sesión plenaria extraordinaria el día 26 de diciembre de 1968, a las seis y media de la tarde, que era la hora habitual en aquella época. Se trató un único punto como orden del día: propuesta del alcalde presidente para que se concediese a Borman, Lovell y Anders el 'Sol de Marbella', un galardón o reconocimiento que el ayuntamiento entregaba a personalidades de contrastada relevancia. Justificaba el alcalde su petición «en atención a la trascendental hazaña que están llevando a cabo actualmente, como es la de ser la primera vez que una nave espacial sale de la órbita terrestre y entra en la lunar». La propuesta del alcalde fue aprobada por unanimidad. De igual manera se acordaba dar traslado de la resolución a los galardonados. Con acuerdos como este, desde el ayuntamiento se hacía patente la intencionalidad de colocar a Marbella en el mapa mundial, con los consiguientes beneficios promocionales. En el caso de que los astronautas hubiesen visitado la ciudad para recoger sus estatuillas, lo normal es que se les hubiese agasajado con una recepción en la que no podría haber faltado la participación de la Banda Municipal de Música. Habría resultado difícil por lo que aconteció a comienzos del mes de enero de 1969. También aquel año se organizó el día cinco la cabalgata de Reyes Magos. La Banda de Música fue debidamente citada para su participación, constituyendo la asistencia a los actos festivos parte de sus obligaciones. La formación no asistió, con el consiguiente deslucimiento de la cabalgata. Parece ser que las relaciones entre la banda y el consistorio no era la más adecuada y la disciplina entre los músicos bastante deficiente. Los incumplimientos resultaban frecuentes. Ante situación tan crítica, en el pleno que se celebró en día nueve de enero de 1969, el alcalde presentó para su deliberación y aprobación, un decreto resolutivo, firmado el día ocho, para disolver la banda de música, con efectos del primero de enero. La disolución se efectuaba por los reiterados incumplimientos y tenía un carácter transitorio hasta tanto se adoptasen las medidas más adecuadas. Los músicos cesaban en sus derechos laborales y retributivos y se indicaba al director que entregase con rapidez todos los instrumentos en poder de los músicos. La resolución fue ampliamente debatida y se aprobó por mayoría. La unanimidad no se pudo alcanzar porque votó en contra el abogado y concejal Antonio Gálvez Ruiz. No tardó mucho la vuelta a la normalidad y el regreso de la música. Eran tiempos para mirar a la Luna.
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