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Ramón Buxarrais recibió el título de Hijo Adoptivo de Málaga en Melilla en 1997 de manos del entonces primer teniente de alcalde, Francisco de la Torre Prados. Sur
Monseñor Buxarrais se recupera en Málaga

Monseñor Buxarrais se recupera en Málaga

Horizontes Cercanos ·

El obispo emérito de Málaga, que en 1991 renunció a todos sus cargos y honores para trabajar con los pobres en Melilla, convalece en la casa del Buen Samaritano tras sufrir un infarto de miocardio.-Dani Rovira supera la tortura de las redes sociales con dos importantes premios.-Miguel Sierra, ‘Güena Gente’ de Torremolinos: no se equivocaron con el nombramiento

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Domingo, 1 de octubre 2017, 00:28

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Monseñor Ramón Buxarrais ha vuelto a Málaga, y no es una buena noticia. Lo explico. El pasado 13 de septiembre, el que fuera gran obispo de Málaga que en 1991 abandonó todos sus cargos y se marchó a vivir entre los pobres entre Melilla y Nador, sufrió un severo infarto de miocardio que lo ha obligado a retirarse de todas sus actividades y ha tenido que desplazarse a Málaga, donde convalece en la Residencia del Buen Samaritano, buscando recuperarse. A sus 87 años, don Ramón, admirado y querido por muchísima gente, no puede mantener la batalla que diariamente libraba en defensa de los más necesitados. Era mucha su tarea, y aunque su esfuerzo y su entrega podía con casi todo, al final la salud le ha dado un buen susto. Monseñor Buxarrais se recupera lentamente en Málaga, pero aún no puede recibir visitas, ciudad a la que llegó el día 22, festividad, cosas de la vida, de San Emérito.

Ramón Buxarrais, obispo de Málaga, pudo llegar a cardenal, llevaba camino de ello, por su juventud, su formación y por su fortaleza física y espiritual, pero un buen día sorprendió a todos y se marchó al más humilde de los lugares a ayudar a los que más lo necesitaban, y entre presos, niños desheredados y personas sin nada que llevarse a la boca comenzó a trabajar haciendo lo que pocos pueden imaginar. Tuvo la suerte este periodista de hacerle a don Ramón, en la ciudad elegida para llegar a Dios, Melilla, la última entrevista para un periódico. Fue un día intenso, donde el espíritu y la grandiosidad de este hombre me causaron una profunda huella.

El Centro Asistencial de Melilla ha cambiado mucho desde su llegada hace casi 30 años, más aún desde que la Hijas de la Caridad tuvieron que abandonarlo en 2011. Aquello fue un duro golpe para él, pero nunca protestó, porque nunca lo hizo. Su voz se alzó contra las injusticias, contra la pobreza, contra el mal, pero nunca para otros temas... Desde entonces, como bien recordaba en un excelente artículo la publicación ‘on line’ Religión Digital, ideó hacer una misa bisemanal a las 10 de la mañana, y la mantuvo año tras año a pesar de que había días, en sus inicios, que tan sólo una persona acudía al oficio religioso. Después todo cambió. Poco a poco los bancos se fueron llenando, fueran días laborables o festivos, era ‘la comunidad del padre Buxarrais’.

Antes del oficio, don Ramón se dedicaba durante mucho tiempo a una profunda reflexión ante el Santísimo. El resto del día, ayudaba a los demás, siempre con su fiel Afou, inmigrante llegado a Melilla desde Senegal apenas meses después de que el obispo emérito recalara en aquella ciudad para una labor pastoral y humana difícilmente superable.

«Vengo a Melilla para quedarme», dijo a su llegada, para despejar dudas de quienes pudieran pensar que aquello no era lo que en realidad fue: dejarlo todo para ayudar a los necesitados. Fue para quedarse pero ha tenido que volver a Málaga. El corazón, su enorme corazón sin duda, le ha jugado una mala pasada, aunque ya venía anunciándolo hacía tiempo, porque en los últimos meses, monseñor sufrió un evidente deterioro físico. Afortunadamente, el infarto ha quedado, en principio, en un susto. Ahora, en Málaga, ciudad a la que tanto quiere, se recupera lentamente, aunque imaginamos, conociéndolo, que estará pensando en aquellos a los que ha tenido que dejar, a las niñas de Nador, a los reclusos, a los inmigrantes sin recursos, a todos aquellos a los que entregó, y nunca mejor dicho, su vida. Hijo Adoptivo de Málaga, recogió tal honor en su centro melillense de las manos del entonces primer teniente de alcalde Francisco de la Torre el día 14 de mayo de 1997. Quiso hacerlo entre sus amigos enfermos y pobres. Todo un ejemplo. Como toda su vida. Ahora no puede cuidar a los demás... Hay que cuidarlo a él. ¡A recuperarse, don Ramón!

Dani Rovira

Tras la injusta campaña que el malagueño Dani Rovira ha tenido que padecer en las redes sociales (‘invento del demonio’) por una frase que dicen que dijo pero que en realidad nunca lo hizo (jamás afirmó que se sentía avergonzado de ser español, ni mucho menos), esta semana pasada ha tenido buenos momentos para el monologuista y actor malagueño, que además de recibir el nombramiento de Hijo Predilecto de la Provincia, fue galardonado con el Premio Solidario de la ONCE, en un acto celebrado en Sevilla al que acudieron la presidenta de la Junta, Susana Díaz, y el presidente de la Organización Nacional de Ciegos, Miguel Carballeda. Junto a Rovira fueron premiados, el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, el programa de TV ‘Solidarios’, la ONG Bomberos Unidos Sin Fronteras de Huelva y la empresa Forma-5 de Sevilla. Dani Rovira fue distinguido en la modalidad ‘Persona’, por su apoyo a numerosas causas sociales para dar proyección y visibilidad a quienes más difícil lo tienen, como ha hecho con acciones específicas en apoyo a las personas afectadas de esclerosis múltiple o enfermedades raras, los refugiados o la protección de animales. Dani Rovira creó hace un año la Fundación Ochotumbao como herramienta para llegar más y mejor a estos sectores desfavorecidos, y cada año organiza una serie de actuaciones en el Teatro Alameda en las que todo el dinero que recauda lo destina a organizaciones no gubernamentales.

Susana Díaz aplaude a Dani Rovira tras recoger el premio solidario de la ONCE.
Susana Díaz aplaude a Dani Rovira tras recoger el premio solidario de la ONCE. Sur

Tras recibir el premio de manos de la presidenta de la Junta, con un punto de emoción, el actor malagueño dedicó el galardón a su tío Pepe «que con apenas 40 años tuvo que emigrar a Sydney, tuvo un accidente y se quedó ciego». Y es que Dani le prometió a su padre que irían a visitarlo y, 24 años después pudo cumplirlo. «Pepe, sabía inglés, era cojo y no veía, y mi padre anda y ve, y de inglés ni papa. El sentido del humor y la comedia nos puede salvar –explicó–. No he visto a nadie con un brillo tan maravilloso en los ojos como a mi tío. Así que gracias a la ONCE puedo decir que sois capaces de romper el refranero español porque ojos que no ven sienten el doble». No hay día malo sin víspera buena, puede decir Dani Rovira...

Miguel Sierra

El ‘maestro del chiringuito’ Miguel Sierra ha sido elegido ‘Güena Gente’ de Torremolinos 2017 por la peña del mismo nombre que entrega tal galardón desde hace 34 años en el acto del pregón de la Feria de la ciudad, que hoy finaliza. El citado galardón tiene como objetivo único rendir un justo homenaje «a esa ‘güena’ gente de nuestro pueblo que, de alguna forma, promociona o protagoniza alguna acción que contribuye a engrandecer el nombre de Torremolinos, propicia alguna obra social, ayuda a los vecinos, aporta positivamente en el espíritu de recuperar o mantener vivas las tradiciones populares o, simplemente, son ejemplo de una permanente vinculación a la vida cotidiana de nuestro pueblo». Nunca mejor elegido que Miguel Sierra, natural y vecino de La Carihuela, creador de ese maravilloso complejo que es Playa Miguel, y siempre dispuesto a ayudar a su pueblo y a sus vecinos. Sus promociones en Holanda, su generosidad, su apoyo a cualquier actuación promocional de la ciudad y su forma de ser lo han hecho merecedor a una distinción que nunca pudo ser más justa.

Miguel Sierra, centro, con miembros de la Peña ‘Güena Gente’ y el pregonero torremolinense
Miguel Sierra, centro, con miembros de la Peña ‘Güena Gente’ y el pregonero torremolinense Sur

Con la ilusión de que monseñor Ramón Buxarrais se recupere, y felicitando a Dani Rovira y a Miguel Sierra, cerramos otro capítulo de estos Horizontes. Disfruten de la vida, sean felices, y permitan que servidor lo haga y lo sea también.

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