Un cursi diría que hay días que te transportan a tu infancia y hoy sería uno de esos días si no fuera porque hay niños ... cerca, y eso elimina cualquier cursilería. La ilusión se vive desde el otro lado de los Reyes, avivando el misterio mediante el ocultamiento con la coartada de hacer más feliz a un niño, y a eso no puede uno negarse, no hace falta ser un cursi.
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La cabalgata de ayer se celebró, menudos somos, y en la de Málaga se mantuvo el tradicional reparto de caramelos. Recuerdo la agonía en los paraguas del revés. La, entonces, presuntamente inofensiva sobredosis de glucosa nos hacía niños histéricos enfrentados a una noche ya de por sí perturbadora; un relato lleno de lagunas argumentales y con ausencia total de rigor científico (excepto por lo de dejar un refrigerio a los reyes y agua a los camellos) que nos los creíamos a pies juntillas. Quién no tiene un familiar que aseguró haber visto a un rey mago. No sería de extrañar que en las cabalgatas se haya arremolinado gente no interesada en esta presencia casi metafísica de los magos (aquellos individuos que, como decía mi abuela, ya se habían «bajado del camello») para disfrutar de lo que podría ser su última aglomeración, o de una salida del aislamiento a caramelazos.
Creo que el ministro Garzón todavía no ha dicho nada de los caramelos, aunque en su momento dijo algo sobre el azúcar. En general no importa lo que diga el ministro, a él le queda todo mal dicho. Que convendría reducir el consumo de carne, que el azúcar en grandes cantidades es como el veneno o que las macrogranjas no son el sistema de producción de carne ideal en ningún sentido lo sabe todo el mundo. No sé si se le malinterpreta tanto porque lo dice mal, porque es comunista o porque es ministro. Por malagueño parece que no, porque apenas ejerce. Decir que España exporta carne de mala calidad sí es grave viniendo de un ministro, aunque él, en una intentona 'british', ha defendido que era un error de traducción.
Todavía no se le conoce opinión sobre las toneladas de roscón de reyes que se consumirán hoy, uno de los días más calóricos del año. Facua sí ha denunciado a varias marcas porque lo que dan como nata no es nata, o no es solo nata. Tampoco hay pronunciamiento sobre las sorpresas en los roscones, elementos que a mí siempre me han dado un poco de asco, sobre todo ahora que los imagino flotando en nata adulterada; este rechazo es fruto de la edad y no influyó en celebrar mis sorpresas como acontecimientos únicos. Ahora temo un atragantamiento, y los regalos de los roscones me parecen un verdadero peligro. A ver qué opina el ministro.
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