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También hay milagros modernos

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Jueves, 1 de enero 1970

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Leyendo la historia de Manuel, el hombre que presume de haberse recuperado de un infarto gracias a un milagro atribuido al padre Arnaiz, los milagros no parece tan lejanos. De hecho, seguro que gracias a los profesionales que trabajan en los hospitales de Málaga hay alguno de esos con cierta frecuencia.

La exposición de fotos de vírgenes en la calle Larios es una de esas cosas que rechina por la combinación de madres, cáncer y vírgenes, donde estas últimas parecen metidas con calzador. Conceptos que por separado tienen sentido y juntos provocan perplejidad, pero te frenas para criticarla porque sabes que hay más torpeza que otra intención.

Si ponemos bajo la lupa ese potaje de simbología religiosa mezclada con ciencia que nos ha rodeado este fin de semana parece que hubiéramos retrocedido varias décadas en el tiempo. Yo tenía un profesor que decía que el motor que mueve el mundo no es el dinero, ni el poder, ni la guerra, sino la esperanza. A juzgar por la gente que había en el centro debe seguir siendo así. También los hay que se ríen de los 'milagros religiosos' y creen a pie juntillas en otros 'milagros laicos', más modernos', pero con la misma base científica que el del padre Arnaiz.

Hay unas cuantas prácticas de moda a las que nos seguimos encomendando y que son, básicamente, una cuestión de fe: ahí está la homeopatía, que ha llevado a cientos de médicos y científicos a pedir a Sanidad que legisle contra las pseudoterapias porque matan. Sin embargo, sigue habiendo homéopatas (los nuevos curanderos) y farmacias que venden sus productos junto a medicinas que sí curan.

Leía hace unos días la historia de una mujer que confesaba con cierta vergüenza cómo en una de las últimas consultas con su oncóloga que le trataba un cáncer de mama se le escapó decir: «Pues ahora a tomarme la cúrcuma y el resto de la dieta». Su médica se llevó las manos a la cabeza al oír aquello y le explicó que el consumo de determinados productos que le había prescrito un nutricionista naturista (a 50 euros la visita) interferían en la acción de la quimioterapia.

En el mundo actual cualquier blogger se convierte en prescriptor de alimentación y de estilo de vida de la noche a la mañana, pone de moda consumir un producto etiquetado como 'healthy' (saludable) y eso se eleva a la categoría de verdad, olvidando estúpidamente que en cuestión de salud los únicos consejos que hay que seguir son los del médico. La farsa de los superalimentos con mútliples propiedades continúa. Las semillas de chía o las bayas de goji no son malas en sí mismos, pero ni tienen las miles de propiedades que algunos les atribuyen ni sirven para compensar malos hábitos o una mala dieta.

Cada uno tiene sus propios milagros y si es una cuestión de fe: cuanta más magia prometen, más nos gustan.

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