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HACER MÉRITOS

NIELSON SÁNCHEZ-STEWART

Miércoles, 1 de noviembre 2017, 11:16

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Soy suscriptor de una revista que se edita en los Estados Unidos y se reparte por todo el mundo. Es roja, la tapa, no la revista y viene cargada de artículos interesantes y, por supuesto, muy de actualidad. Me abruma porque no termino de hojear la última cuando por el correo llega la siguiente. He pensado muchas veces darme de baja pero es tan barata la cuota y mi Sylvia consigue precios aún más reducidos que nunca me decido. Llevo no sé cuántos años planteándomelo. Hace un par de semanas se publicaba una estadística sobre los mejores sitios para retirarse cuando se llega a la tercera edad. Pensaba que Marbella estaría en el top ranking como quien dice. Pero no. Todos los lugares que aparecían, debidamente justificados, eran otros, en buena parte para mí totalmente desconocidos, salvo, evidentemente, uno que estaba en el estado de Florida. De otros, en Texas, en Missouri, en Colorado no había oído hablar en mi vida. Cierto es que todos eran locales. No era America first: era America only. No se hablaba ni siquiera de Sevilla. Nunca se me ocurriría retirarme en el gran país. Me pasaría la vida explicándole a augustos valetudinarios de donde soy. Where are you from es la sempiterna pregunta con la que te entra todo bicho viviente y al contestar se produce un diálogo estúpido producto del absoluto desconocimiento de la geografía europea solo comparable a la nuestra sobre tierras exóticas y no tan exóticas. Además, el mantener o restablecer la salud en esas tierras cuesta un ojo de la cara y uno se plantea seriamente el dejarse morir en lugar de pagar honorarios y gastos de servicios médicos y hospitalarios. Y, aunque no te pase nada, viene un huracán y se te lleva tu casa. No. Mejor en España, quizá el mejor país para vivir.

Repuesto del pequeño cabreo porque me habría gustado que la publicación alentará a sus conciudadanos a emigrar y venir a gastar sus dólares entre nosotros, me sorprende otro artículo, publicado sin solución de continuidad. Esta vez sobre los cincuenta sitios donde se debía viajar de vacaciones en esta temporada. Esta vez no podía tratarse solamente de destinos próximos. Efectivamente. Eran de lo más variopinto. Incluso algunos producían una cierta estupefacción: Belgrado, Guayaquil, Nicaragua, Okavango -que como todo el mundo sabe está en Bostwana- Omán, Madagascar, La Paz, Pisco, Ruanda... Hasta Veracruz, lo que denotaba que se había escrito antes del paso de Irma por ese entorno. Muy recomendable será el semanario pero a algunos de esos lugares no me llevan ni atado de pies y manos. No era turismo de esfuerzo el que patrocinaba porque aparecían sitios más tradicionales: Jerusalén, Bermudas, Lucerna, Montevideo, Montreal... Marbella brillaba por su ausencia pero, mira por donde, Málaga ocupaba su lugar. Y una gentil señorita que responderá al hermoso nombre de Fiorella, florecita que cosa más preciosa, nos explicaba por qué había que visitar la ciudad. Nada de pescaíto frito, de sangría, de sol ni de suecas. Un paraíso de museos. Picasso, con la explicación que el hombre nació allí, el Centro de Arte Contemporáneo con sus 800 metros cuadrados que en pies cuadrados parece mucho más grande, el Thyssen, el Pompidou, donde hay obras -no lo sabía- de Magritte y Chagall y hasta de Frida Kahlo. Al museo de la antigua fábrica de tabaco lo ponía por las nubes y al de la Aduana. Aconsejaba alojarse en el renovado Hotel Miramar que me muero de ganas de visitar para ver cómo se recuperó del atentado que sufrió durante el acomodo de los juzgados y tribunales. Por último, si te aburrías de tanto museo, en vez de venir aquí, te aconsejaban ir a ver dólmenes. No hay derecho.

Nuestra vecina era la única ciudad española que aparecía en la lista. Ni Granada, ni Toledo, ni Madrid, ni Barcelona, si es que la próxima semana no hay cambios. Un éxito. Enhorabuena.

Va a pasar lo mismo que sucedió con el comentario de aquel presidente que distinguía muy bien una cosa de otra en materia de relaciones con el sexo opuesto y su comentario sobre La Alhambra: nos la expropió. Ahora no hay quien pueda vencer las colas interminables.

Tenemos que hacer méritos. El que no se mueve no sale en la foto.

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