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De luto

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Domingo, 24 de septiembre 2017, 10:44

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El filólogo no puede encerrarse en su torre de marfil y en estos momentos no dar cuenta de una realidad de comunicación tan grave como la situación del momento que nos toca vivir. Si empleo la palabra grave creo que no exagero y que incluso me quedo corto. Desde finales del siglo XIX, inventos históricos aparte, parte de las burguesías catalana, al igual que la vasca y en menor grado la gallega, fueron desarrollando un discurso de identidad nacional, basada en la lengua como ocurrió en otros lugares de Europa. Lengua que significa lo básico, lo instintivo. Está demostrado empíricamente que una persona que sufre algún trastorno cerebral y que ha vivido en un espacio lingüístico no vernáculo, solo usará, al recuperarse, su lengua materna. Lo que sucede en las tres regiones señaladas es que hay muchos habitantes que tienen al español como lengua madre pero no seguiré por este sendero, quédese para otro momento.

No obstante hay elementos curiosos. Pese a quien pese las razones evolutivas de las lenguas son complejas y no dependen, por suerte, de un solo factor. El castellano se expandió por la península y saltó al mundo convirtiéndose en español. Su desarrollo no fue a sangre y a fuego como quieren algunos, muy al contrario. Voy a citar un caso emblemático, ahora que se decapita la estatua de fray Junípero Serra o se mancha la de Colón en el Parque Central de Nueva York. Nunca los españoles desarrollaron un plan de aprendizaje forzoso de la lengua por parte de los pueblos indígenas; de hecho, su aprecio por estas lenguas llevó a escribir gramáticas de las mismas, caso de la 'Gramática mosca' de fray Bernardo de Lugo que el curioso lector puede consultar cómodamente en la Red. Después de la independencia es cuando los criollos dominantes obligan al aprendizaje y uso para homogeneizar y controlar.

Por estas razones complejas algunas lenguas no han tenido un amplio ámbito geográfico o un cultivo literario significativo lo que las lleva, mejor, a sus dirigentes, a emplear otro idioma para conseguir una proyección exterior. El miércoles pasado se colgó una gran pancarta en la sede de la Consejería de Economía de Cataluña, el texto no estaba en catalán, se redactó en inglés. Tuve la experiencia personal en Nueva York de una presentación del gobierno autónomo vasco en el Museo Guggenheim y nadie usó la lengua mítica de los nacionalistas, se empleó también el inglés que es la lengua común como lo fue el latín en siglos pasados. Lingüísticamente muy curioso.

La palabra democracia, la más usada, se emplea como arma sin que pierda su significado

Con el paso de los días el enfrentamiento de las posturas, argumentos políticos aparte, se ha manifestado con una mayor tensión del lenguaje. Ese mismo miércoles al que me refiero un diputado en la cámara ha acusado al presidente del gobierno de tener «manos sucias» y de estar rodeado de «lacayos». Es el diputado Rufián. En todas las épocas parlamentarias ha habido algún o algunos diputados que elevan el nivel del registro de coloquial al vulgar con el objetivo de conseguir protagonismo mediático. 'Manos sucias' es también una novela de Carlos Quílez sobre un tema tan reiterado como la corrupción.

Las manos se ensucian en sentido real y también en sentido figurado como en la afirmación; lo de 'lacayo' remite a 'servil' y a 'rastrero'. No tengo ni idea de la preparación intelectual del diputado pero, pensada o no, la afirmación tiene como objetivo degradar y destruir el orden del campo léxico de las libertades, de la democracia. Se pretende insultar, quizás, provocar una reacción por parte del receptor; pero creo que más bien hay que situar la estructura y el sustantivo en un marco histriónico y puramente efectista.

No es mi labor establecer los criterios de verdad o falsedad de los mensajes que se han ido produciendo. Afirmar que el diálogo es imposible es constatar los textos. Se enfrentan la legalidad constitucional y otra legalidad, la que rompe la primera. La misma palabra, democracia, la más usada, se emplea como arma sin que pierda su significado. Se trata de un uso a modo de bala, de disparo.

Aparecen palabras que dejaron de usarse hace mucho como 'carpetovetónico', palabra compuesta de dos nombres de tribus: los carpetanos y los vetones, anteriores a la romanización. Esta es la etimología pero el significado es despectivo, se refiere a la España negra y profunda que no quiere recibir influencias de modernidad. Relacionado con ella está 'troglodita'. Recuerdo las geniales viñetas de Mingote con sus hombres de piedra de cintura para abajo como imagen del inmovilismo.

Este miércoles que no sé cómo quedará, si como anécdota o algo más, lo ha sido de luto para el gobierno de la Generalidad. Vestidos de negro, otro lenguaje, han hecho una declaración con intención solemne en una galería del palacio. En 1934 proclamaron la independencia desde un balcón. Han hablado de «estado de excepción». El lenguaje bélico va ocupando los discursos como es lógico en la causa-efecto de la confrontación.

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