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Con la lección aprendida

ARTURO REQUE

Lunes, 4 de diciembre 2017, 07:29

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L O peor que puede ocurrirnos es caer en el exceso de confianza, muchas veces ocasionada por una cómoda rutina donde no vemos nuestros errores sino únicamente nuestros aciertos, dejándonos llevar por las adulaciones de quienes nos rodean y arropan, generando una coraza que rechaza cualquier opinión opuesta. Es una manera de morir de éxito demasiado habitual en nuestra sociedad, donde a nadie se le ocurriría reconocer públicamente sus errores ya que se entendería como una manera de ponerle en bandeja al de enfrente sus debilidades.

Me viene esta reflexión tras asistir a un par de eventos organizados por algunos de los medios de comunicaciones con sede local con sendos desayunos donde se trataron temas relacionados con el modelo de ciudad para Marbella. En uno se debatió sobre: Marbella, ¿un destino de lujo?, y en otro se trató, además de la situación del urbanismo, sobre el propio modelo turístico para Marbella. Curiosamente, en ambos encuentros se buscó el reflejo de nuestra ciudad en dos localidades bien diferentes, lo cual indica la dispar percepción que se tiene según el espejo al que se nos mire. En lo relativo al lujo, se analizó la comparativa con Mónaco, emblema mundial del lujo, aunque parece ser que Marbella se quedaría, como mucho, en la categoría premium y, aun así, debería aclarar si busca ese reconocimiento ya que nuestra promoción no parece que apueste por ello (según el ponente, el experto en ventas y marketing Jean Marc Colanesi).

En el foro sobre el modelo de ciudad, mi compañero arquitecto Salvador Moreno Peralta ensalzó nuestra similitud urbanística con la Costa Este americana, siendo un valor que, según él, se debería fortalecer en el modelo de ciudad que se plantee.

Que se realicen este tipo de actos donde se debata la Marbella del futuro es ya de por sí un paso adelante. Diagnosticar nuestras debilidades y fortalezas para identificar las amenazas y oportunidades indica que vamos madurando, pero he de reconocer que lo que más me ha sorprendido del último evento ha sido escuchar a nuestra delegada de Ordenación del Territorio y Vivienda, Dª. Francisca Caracuel, defender el Plan Estratégico de Marbella 2022. Con gran claridad expuso brevemente a los asistentes los tres pilares sobre los que se fundamenta el modelo de ciudad planteado y consensuado políticamente tras múltiples mesas sectoriales: Ciudad sostenible, de excelencia y del conocimiento. Sin embargo, las caras de los asistentes indicaban desconcierto. Desconocen el documento o no le dan la importancia que debería tener. Ignoran que tras la trasformación de Málaga, Bilbao o Zaragoza aparece esta herramienta, la cual está por encima incluso del afamado PGOU. El urbanismo debe ser principalmente social, debe cubrir las necesidades de todos, mejorar la ciudad generando valor y calidad de vida, dándole la vuelta a lo que es actualmente: principal nicho de la inversión inmobiliaria.

Escuchar a 'Kika' en esta jornada de urbanismo mencionar la movilidad sostenible, el conocimiento o la innovación, como metas de nuestro desarrollo como ciudad moderna en vez de citar grandes inversiones inmobiliarias pudo dejar frío a algún que otro promotor, pero a otros nos sacó una sonrisa en la cara ya que parece que se va aprendiendo la lección.

Visto lo visto debería ser sencillo e inmediato darle continuidad al Plan Estratégico ya que fue consensuado en pleno y por los representantes socioeconómicos de la ciudad. Recuerden que el nuevo PGOU debería basarse en éste y no al revés.

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