Largo y tortuoso camino

Cuando hace sesenta años el promotor Rafael Zea levantó, en los Llanos del Fuerte, un edificio de nueve alturas con la denominación de 'La Torre ... de Marbella', algo comenzó a cambiar en la fisonomía urbanística de Marbella. Por si quedaba alguna duda, en los sesenta, casi al tiempo que se construía el Paseo Marítimo, se da vía libre a un verdadero horror que sería conocido como 'Edificio Mediterráneo'. En aquella época el marco legislativo en vigor era la Ley del Suelo de 1957, pero en un ámbito más cercano existía la Junta Provincial de Urbanismo, legítimo centinela en materia urbanística, aunque no siempre acertase en sus decisiones. Para evitar el desmadre en Marbella, el arquitecto de este organismo, Santos Rein, redactó un documento titulado 'Normas subsidiarias y complementarias del planeamiento de la Costa del Sol'. Aunque entró en vigor a comienzos de la década de los sesenta, el ayuntamiento no siempre hiló fino. La autoridad municipal era consciente de que este instrumento habilitado por la Junta Provincial no gozaba de demasiada eficacia, de manera que, echando manos del arquitecto Sánchez de León, encargó la redacción del primer 'Plan de Ordenación Urbana de Marbella'. El documento estuvo listo para su aprobación en 1968. Se mantuvo en vigor durante más de una década y durante su transcurso la realidad del país cambió sustancialmente porque se pasó de una dictadura a un régimen democrático. Las diferentes legislaciones cambiaron y también se promulgó una nueva Ley del Suelo en 1979. La normativa urbanística de Marbella quedaba desfasada y el Ayuntamiento decidió encargar un nuevo Plan General de Ordenación Urbana al arquitecto Peralta de las Heras. Terminaría siendo aprobado en 1986 y podría decirse que nació con vocación de eterna vigencia, a pesar del empeño en sentido contrario de las altas instancias judiciales. Urbanismo en Marbella: un largo y tortuoso camino.