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Que vivimos en la sociedad del espectáculo ya lo sabíamos, a nuestro pesar. Que el espectáculo iba a degradarse hasta niveles de infamia y abyección ... tan desoladores, pocos lo sospechaban. Ni siquiera Guy Debord, creador del concepto y la teoría que lo explicaba, sería capaz de imaginar que la fusión de la mafia con los asuntos públicos alcanzaría tal grado de obscenidad y desvergüenza, jugando con las dos últimas sílabas de la palabra espectáculo.

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diariosur La suciedad del espectáculo