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Iguales no son

Guadalquiviria ·

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Martes, 15 de enero 2019, 00:08

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EL bipartito andaluz arranca en pocos días con un gobierno que hasta hace poco los mismos partidos de la coalición calificaban de iguales. Tras divulgarse el reparto de competencias, no creo que deba considerarse así. La impresión primera, aún sin conocerse todas las áreas y políticas que llevarán PP y Cs, es que el primer partido se ha quedado la mejor tajada de la tarta aparte de la guinda, que es la presidencia de la Junta. Como no creo que los negociadores naranjas sean más torpes que los azules, cavilo que hay alguna razón por la que Albert Rivera prefiera dejar casi todo el peso de la gestión de la autonomía andaluza al PP, mientras los de su partido se quedan con carteras más administrativas en las que apenas hay sitio para la imaginación.

En política importa mucho la imaginación. Sin ella apenas se conquistaría la atención del público. Los políticos prometen muchas veces cosas inverosímiles. En una ocasión un entusiasmado candidato prometió en Santa Fe (en el interior de Granada) que construiría un puerto que diera al mar. En aquel caso se trataba de alguien con una imaginación muy desbordada, pero en el fondo lo que venía a prometer es que construiría algo, que haría alguna obra en el pueblo. Desde los romanos, los mejores emperadores, a los que el pueblo les llamaba príncipes, eran los que edificaban caminos, puentes, teatros y circos.

Ciudadanos se ha quedado con Educación, Universidad, Deportes, Turismo, Justicia, Ayuntamientos, Políticas Sociales, Igualdad, Autónomos y Regeneración Democrática. Son áreas en las que siempre hay alguien pidiendo que le den algo para lo que hay poco dinero.

Mientras, el PP se queda Hacienda, la que reparte los dineros y baja los impuestos; Presidencia, con Canal Sur y la Oficina del Portavoz, la que controla la promoción; Sanidad, la de mayor presupuesto y peso en la opinión pública; Pero además Cultura y Patrimonio, con poco dinero pero con una gran proyección en Andalucía y fuera. Llevará el plan Infoca, las industrias de aviones, las agroalimentarias del aceite, los viveros de Almería y la fresa de Huelva, las minas de cobre, los parques nacionales, los grandes monumentos... Mientras Cs se deberá volcar en las pequeñas empresas, los autónomos que apenas llegan a final de mes, la atención a dependientes con pocos recursos.

Parece que Cs ha cedido mucho por Turismo, cuando ni siquiera le va a dar el protagonismo que requiere un área de tanta importancia en Andalucía. O quizás sí. Lo que parece evidente es que no se trata de un gobierno de coalición de iguales. El peso lo llevará el PP en las políticas que requiere mucha gestión. Cs se dedicará a hacer simplemente política. Quizás ahí esté la clave.

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