Si nuestros votos valieran

Ahora pongamos por caso que el nuestro fuera un sistema parecido al inglés, donde los territorios tienen sus diputados, que anteponen los intereses de sus ciudadanos a los de sus partidos. Imaginen por un momento que PP y PSOE no tuvieran asegurados los votos de Málaga para sus respectivas formaciones porque sí, sin más; sino que los representantes por la provincia, que no son pocos, pudieran exigir lo que es justo para este territorio, en virtud de su notable peso poblacional y sus proyecciones de crecimiento a corto y medio plazo, como hacen catalanes, vascos y navarros. Pero no sólo en la investidura, sino en cada presupuesto anual. Así es como a nosotros nos caen las migajas que les sobran a los demás, cuando ya da hasta vergüenza no poner nada en el casillero de Málaga, aunque sea para después no cumplirlo, como siempre.

Pues si así fuera, la pechá de millones que vendrían desde Madrid, como ocurre en las regiones que sí cuentan para la cuenta. Para empezar, en esta misma legislatura quedarían redactados los proyectos del tren litoral desde el aeropuerto hasta Marbella, e igual daba tiempo incluso a empezar con las obras. El pitorreo con el Cercanías se acabaría de inmediato, y me apuesto lo que sea a que tendríamos refuerzos no sólo en las fiestas mayores, sino cada fin de semana y hasta las madrugadas de diario. ¿Y qué decir de las desaladoras para garantizar la disponibilidad de agua dulce sin tener que mirar más al cielo? La de la Axarquía estaría lista y bombeando en pocos meses, y me atrevo a pedir otra a la mediación de la Costa, entre Fuengirola y Mijas, que es donde estaba prevista; además de modernizar por completo la de Marbella.

Sé que todo esto hoy por hoy es una quimera total, que sólo está al alcance de las avanzadas sociedades del norte. Pero como escribió Antonio Machado: «Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar...»