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El fracaso del complemento de exclusividad

Los médicos son los únicos profesionales en la sanidad pública que pierden masa salarial si deciden trabajar en la sanidad privada

JOSÉ ANTONIO TRUJILLO

VOCAL DE EJERCICIO LIBRE Y MEDICINA HOSPITALARIA DEL COLEGIO OFICIAL DE MÉDICOS

Domingo, 14 de julio 2019, 09:47

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Andalucía es una de las pocas comunidades autónomas que mantienen el complemento de exclusividad como parte del salario del médico que trabaja en la sanidad pública. Puede parecer intranscendente para muchos ciudadanos, pero es un factor relevante en la política de desarrollo profesional en el actual sistema sanitario público andaluz, con importantes consecuencias para muchos médicos. De forma sencilla y resumida podemos decir que si un facultativo quiere compaginar su trabajo en un hospital o en un centro de salud público con su actividad médica privada, recibe de media unos 800 euros menos en su nómina a día de hoy. Esta medida fue tomada por la anterior administración andaluza, aprovechando la normativa ya anacrónica de la ley 53/1984, de incompatibilidades del personal al servicio de las administraciones públicas que, como tantas otras, se aplica de forma desigual entre autonomías, y que sólo ha creado agravios comparativos entre profesionales. Sin duda fue una decisión con una gran carga ideológica, entendiendo que así se motivaría al personal en dedicación en exclusiva al servicio público y se desincentivaría a los médicos que quisieran ocupar su tiempo libre a su profesión en el ejercicio privado. Este complemento de exclusividad, dentro de una rígida y pobre política de desarrollo profesional en la sanidad pública, ha resultado un auténtico fracaso, ya que no ha conseguido ninguno de los dos objetivos que citábamos anteriormente. Sólo ha introducido un elemento de desigualdad e injusticia en la masa salarial de muchos médicos. Es fácil entender por todos que los facultativos que se encuentran en esa situación exijan que a una misma titulación, horario y trabajo, debería corresponderles el mismo sueldo.

Esta situación de agravio comparativo entre médicos que trabajan de la misma manera en la sanidad pública, pero sólo se diferencian en el modo que ocupan sus horas de su día fuera de la misma, completa una crónica de un auténtico fracaso en materia de política de recursos humanos. Intentaré mostrar los elementos fundamentales de este agravio sin sentido. Los médicos son los únicos profesionales en la sanidad pública que si deciden trabajar en la sanidad privada pierden masa salarial, ninguna otra categoría profesional la sufre. Si un enfermero trabaja por la mañana en la sanidad pública y por la tarde en la privada, entendemos que su dedicación en ambas no se ve afectada y, que por tanto no debe influir en sus retribuciones económicas siempre que cumpla con sus obligaciones. Un elemento que genera aún mayor desconcierto es el hecho que si el médico pertenece a una empresa pública andaluza sí puede trabajar en el sector privado sin detrimento de su salario, al no existir el complemento de exclusividad, pero si pertenece al Servicio Andaluz de Salud se ve afectado por ese complemento, siendo ambos pertenecientes a la sanidad pública. Si trabajo en el Hospital Costa del Sol no tengo problemas de compatibilidad, si lo hago en el Hospital Regional de Málaga, si decido trabajar por la tarde en la privada tengo que renunciar a una parte de mi sueldo. Nadie podría decir que el médico de Marbella y Málaga son diferentes en sus compromisos, pero sí observamos que lo son en sus retribuciones. Poner tan importante cantidad de dinero en el complemento de exclusividad como ha ocurrido todos estos años en Andalucía no ha supuesto ningún beneficio que pueda traducirse en resultados de salud, más allá de propiciar una discriminación fragante como he mostrado. Sólo hay que viajar un poco por el resto de nuestras comunidades autónomas o países vecinos para comprobar que pagar a los médicos el mismo salario cuando trabajan el mismo número de horas y con semejante responsabilidad, es una práctica justa y equitativa, que no genera tensiones sobreañadidas en las plantillas, que aceptan con normalidad que un médico en sus horas libres quiera seguir ocupando parte de las mismas en el ejercicio de su profesión para tener mayores ingresos económicos. Los ciudadanos también aprueban esta situación sin problemas, ya que pueden tener tanto en la medicina pública como en la privada a los mejores profesionales.

Esta situación insostenible hizo que los dos partidos que conforman el actual Gobierno andaluz, PP y Ciudadanos, se comprometieran en su pacto de gobierno a remediarla. En este mes de julio de 2019 hemos conocido que la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía reemplazará en septiembre el complemento de exclusividad por otro concepto retributivo, de igual importe, que percibirán todos los médicos que trabajan en la sanidad pública, aunque también lo hagan en la privada. Es un compromiso firme que no puede dilatarse más en el tiempo.

Desde el Colegio Oficial de Médicos entendemos que esta medida, que afectará aproximadamente a 1.200 médicos en nuestra provincia que ahora desempeñan su labor a la vez en la pública y en la privada, es una más de las que deben introducirse para favorecer la mejora en el desarrollo de los profesionales de la sanidad pública, pero no es la única. En un contexto de falta de especialistas, esta medida puede ayudar a favorecer la flexibilidad laboral. Para encontrarnos con médicos que quieran trabajar en Andalucía, la Administración andaluza deberá apostar por un modelo de carrera profesional sin carga ideológica, fidelizando el talento, mejorando la experiencia no sólo del paciente sino del profesional, introduciendo cambios en los modelos de liderazgo, así como en las estrategias de diversidad e inclusión, para transformar los actuales puestos de trabajo de la administración pública y dar respuesta a las necesidades y expectativas de los ciudadanos.

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