Fichajes estrellados
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Lunes, 14 de octubre 2019, 08:03
Secciones
Servicios
Destacamos
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Lunes, 14 de octubre 2019, 08:03
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
No hay nada que le guste más a un político en víspera de elecciones que anunciar algún fichaje estrella: folclóricos, personajes de prestigio, famosos varios... todos tienen en común que suelen acabar por peteneras. O salen de la candidatura en algún arrebato o se van por la puerta de atrás.
El principal problema es que los partidos están acostumbrados a gente que, con más o menos puñaladas traperas, acepta su disciplina. Los trapos sucios se lavan en casa o hay que hacer como que se lavan en casa. Funcionan como una de esas familias que mantienen las apariencias cara al exterior, aunque cada uno haga su vida. En el fondo, todo el mundo sabe lo que hay, pero oficialmente se niega con la cabeza alta.
El caso es que eso no funciona para los fichajes estrella. Ellos no van a estar callados. Vienen del mundo exterior (a la política) y si se mosquean lo primero que hace es empezar a largar. Le pasó a Felipe González con el juez Garzón, que duró nueve meses en el Gobierno, lo mismo que un embarazo, y dimitió al ver que les interesaba más su nombre que lo que pudiera aportar. Rajoy fichó en 2008 al expresidente de Endesa, Manuel Pizarro para contrarrestar el 'efecto Solbes', con el que contaba Zapatero para llevar el peso de Economía. Dos años después, Pizarro dejó el escaño sin apenas actividad. Más reciente es lo de Albert Rivera con Manuel Valls, que también duró nueve meses, otro embarazo. Sin olvidar a los toreros o personajes famosos por otras vías, como Adolfo Suárez Illana, que cada vez que habla sube el pan. Con sus explicaciones de los abortos y los neandertales o su lamento en el pésame a la familia de un guardia civil, que «ya no podrá disfrutar de las cebollas rellenas de su querida Sama de Langreo.
El último ha sido Juan José Cortés. Aún recuerdo un mitin de la anterior campaña electoral en el que él intervenía ante la mirada atónita de Pablo Casado: «La calle está diciendo que quiere un cambio, que quiere a Pablo Iglesias... a Pedro Iglesias... (y por fin a la tercera) a Pablo Casado como presidente. Si a eso unimos su tono tono de telepredicador era todo bastante esperpéntico.
Al saber que no iba a encabezar la lista al Congreso dijo que Juanma Moreno alardea de ser un líder, pero el «mérito es de Vox, no suyo». Al día siguiente pidió disculpas y afirmó que estaba «muy agradecido al PP». No creo que dure mucho.
¿Qué sentido tiene llevar en una candidatura a un hombre que ha sufrido una desgracia terrible, como le ocurrió a Juan José Cortés? Le elevan a la categoría de 'asesor en materia de justicia' del PP, como si pasar por una experiencia tan dramática le diera una visión de experto en leyes. Le hacen creer que cuentan con él para algo más que su nombre y luego pasan estas cosas
¿En serio es necesario prolongarlo llevándole en la lista al Senado?
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El juzgado perdona una deuda de 2,6 millones a un empresario con 10 hijos
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.